El presidente de Argentina, Alberto Fernández, dijo que continúan las conversaciones con los acreedores para reestructurar US$ 65,000 millones de la deuda soberana del país, ante una falta de acuerdo sobre el resultado final de la oferta.
Fernández, un peronista de centroizquierda, tuiteó que él y el ministro de Economía, Martín Guzmán, continuaban “dialogando de buena fe” con los acreedores con el objetivo de alcanzar un acuerdo sostenible después de que el plazo para aceptar la oferta inicial del gobierno venciera el viernes.
"La posibilidad de extender la oferta continúa vigente hasta el lunes 11 de mayo. Cuando este plazo venza definiremos los pasos a seguir. Como siempre nuestro objetivo es asumir compromisos que podamos cumplir", dijo Fernández en su cuenta de Twitter.
Fernández dijo a una radio local que podría haber contraofertas de los acreedores en los próximos días. Sin embargo, indicó que era improbable que cambiara mucho su posición.
"Tengo mucha firmeza en lo que hemos propuesto", dijo el presidente a la radio Futurock y agregó que lidiaba con "personajes muy singulares del mundo de las finanzas".
"Esta vez tenemos una suerte de aval del principal auditor de las finanzas mundiales, que es el Fondo (Monetario Internacional)", agregó.
Fernández y Guzmán, quienes mantuvieron un desayuno de trabajo el sábado, habían propuesto en abril a acreedores que tienen en sus manos títulos por US$ 65,000 millones un recorte de intereses de 62%, un período de gracia de tres años y una quita de capital de 5.4%.
Argentina necesita un acuerdo con los bonistas para evitar lo que sería la novena cesación de pagos de su historia, en medio de una fuerte recesión que arrastra desde el 2018 y que se agravará este año como consecuencia de la pandemia del coronavirus.
El país podría caer en default el 22 de mayo, cuando se cumpla el período de gracia para el pago de US$ 500 millones en intereses.
Los principales grupos de acreedores han rechazado públicamente la oferta.
La situación financiera de Argentina se ha complicado por una cuarentena nacional anunciada el 20 de marzo para evitar la propagación del nuevo coronavirus.
Fernández anunció el viernes por la noche la extensión de la medida de aislamiento social obligatorio hasta el 24 de marzo, aunque se aliviarán las restricciones fuera de la Ciudad de Buenos Aires y el cordón urbano que la rodea.
El presidente ha dicho en varias oportunidades que es consciente de las pérdidas económicas que el confinamiento está generando, pero que preservar la vida era más importante.
Fernández agregó en la entrevista radial del sábado que “nadie quiere caer en default”, pero que considerando la difícil situación global, Argentina no es el único que enfrenta el riesgo de incumplimiento de pagos.