Los fabricantes de automóviles informaron de un descenso de la demanda en Europa y Norteamérica en medio de lo que, según los analistas, es una evidencia creciente de que los consumidores se resisten a los precios más altos y reservan su dinero para sus necesidades.
Aunque algunas marcas de lujo, como Ferrari y Mercedes, han aumentado sus previsiones de ventas debido a la continua y elevada demanda de modelos de gama alta, las perspectivas para el grueso del sector son más sombrías.
Los tiempos de espera para los nuevos pedidos son cada vez más cortos a medida que se reducen las carteras de entrega. Esto se debe a que la producción es más lenta de lo habitual y las entregas están muy por debajo del año pasado, según los ejecutivos.
“La entrada de nuevos pedidos está cayendo”, dijo Oliver Zipse, director ejecutivo de BMW, en una conferencia sobre resultados el miércoles, señalando en particular a Europa.
Hasta ahora, los fabricantes de autos han protegido sus márgenes subiendo los precios, pero la fuerte aceleración de la inflación en Norteamérica y Europa podría dificultar la repercusión de los costes.
“La demanda está bajando”, afirmó la semana pasada Arno Antlitz, presidente financiero de Volkswagen, aunque afirmó que las carteras de pedidos siguen llenas para los próximos meses. “Las señales de alarma son para Europa y Norteamérica, menos para la región china”.
La inflación en Europa y Estados Unidos se ha disparado en los últimos meses, y los bancos centrales han advertido de que aún faltan meses para que toque pico, lo que ha hecho que la confianza de los consumidores y las empresas se desplome.
Los datos de los concesionarios y las plataformas de subastas online muestran una ralentización de la demanda desde marzo de este año, según Philip Nothard, director de información para Europa de Cox Automotive. “Los consumidores son muy cautos en la actualidad”, señaló.