La Comisión Europea (CE) propuso en Naciones Unidas una “iniciativa de recuperación global” que aúne inversiones y el alivio de la deuda a los países necesitados, al tiempo que mostró su disposición a ofrecer recursos y expertos para una recuperación resiliente que sea justa, ecológica y digital.
“El mundo postpandemia puede ser más inclusivo y verde que el mundo que conocemos. Depende de nosotros que la reconstrucción sea mejor”, dijo la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, en una intervención telemática durante una cumbre virtual organizada por Naciones Unidas para discutir la financiación de las políticas de desarrollo ante la pandemia.
Von der Leyen insistió también en la necesidad de ser “honestos y admitir que antes de que la pandemia golpeara, el mundo avanzaba por un camino económicamente insostenible, aumentando las desigualdades, la división tecnológica y con una crisis climática hecha por el hombre”.
El espíritu del discurso de Von der Leyen, que el miércoles presentó un plan para relanzar la economía de la Unión Europea (UE) tras la pandemia de coronavirus, que se basa en un Fondo de Recuperación con 750,000 millones de euros financiado con la emisión de deuda común, resonó también en las declaraciones de otros dirigentes internacionales que participaron en la cumbre, todas inspiradas por la iniciativa lanzada por la ONU.
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, destacó, al igual que la responsable europea, la importancia de los objetivos del desarrollo sostenible de la agenda 2030 como “los pilares de nuestra acción” y volvió a insistir en que el “virus puede golpear desproporcionadamente a los países en desarrollo y causar efectos devastadores en los próximos meses y años”.
Por eso, hizo un llamamiento a reforzar las herramientas financieras y a garantizar que "las inversiones y las políticas no dejan a nadie atrás".
“Lo que nos une es más grande que lo que nos separa y superaremos este reto a través de un liderazgo global, cooperación y exigencia recíproca de responsabilidades”, concluyó.
El primer ministro británico, Boris Johnson, por su parte, dedicó gran parte de su discurso a la importancia de luchar contra el COVID-19, encontrar una vacuna y “evitar pandemias futuras”, y llamó a “trabajar juntos más allá de las fronteras”.
“Nuestros esfuerzos nacionales servirán de poco si no son reforzados por la cooperación internacional”, dijo Johnson, que subrayó que “uno de los objetivos más urgentes es estabilizar la economía mundial y encontrar una vacuna”.
Asimismo, en sintonía con el resto de dirigentes, enfatizó la importancia de fomentar “una reconstrucción mejor para las generaciones futuras”, así como de edificar la recuperación sobre una economía global más resiliente, ecológica y justa.
Shinzo Abe, el primer ministro japonés, mostró su “total apoyo” a la propuesta lanzada por el secretario general de la ONU, António Guterres y llamó al “reparto equitativo de la carga” como un principio básico para respaldar estos asuntos.
Además, instó a que el G20, que recientemente acordó la suspensión temporal de servicio de deuda de los países más pobres, actúe con liderazgo en la recuperación de la economía mundial.
Guterres llamó este jueves a aliviar la deuda de todo país en desarrollo o de ingresos medios que lo necesite como consecuencia de la crisis causada por el coronavirus y a impulsar un plan de recuperación coordinado a escala global.
En la apertura de la cumbre virtual en la que participan varias decenas de jefes de Estado y de Gobierno propuso buscar acciones colectivas para responder de forma urgente en seis áreas, entre ellas el problema de la deuda soberana.
El diplomático portugués avisó de que las consecuencias económicas del COVID-19 amenazan con causar una oleada de crisis de deuda que complicarían la respuesta a la enfermedad y frenarían los avances en materia de desarrollo durante años.
Guterres pidió también medidas para mejorar la liquidez en las economías emergentes ante la huida de capitales que se ha desencadenado con la pandemia y lanzar una clara señal de confianza para que se recuperen las inversiones en el ámbito del desarrollo sostenible, que están sufriendo un gran desplome con la crisis.
Combatir los flujos financieros ilegales, incluida la evasión fiscal y el blanqueo de capitales, debe ser también una prioridad, defendió el jefe de la ONU, que urgió además a asegurar que la recuperación tras la pandemia resulte en un mundo mejor.