Cada año, durante todo un fin de semana, los aficionados a esos magníficos deportivos pueden admirar los últimos modelos en las plazas de Módena. (Foto: Mercedes)
Cada año, durante todo un fin de semana, los aficionados a esos magníficos deportivos pueden admirar los últimos modelos en las plazas de Módena. (Foto: Mercedes)

Si el vino Chianti es el emblema de la encantadora región italiana Toscana, el “Valle de los Motores” representa a Emilia-Romagna, cuna y hogar del mayor número de fabricantes de y de lujo.

La próspera llanura agrícola, que alimenta a buena parte de la península, es también la tierra de los motores, con su alta tecnología y diseño sofisticado.

En aproximadamente 1,000 kilómetros cuadrados, entre las ciudades de Bolonia y Módena, en medio de campos de cebada y trigo, nacieron las célebres marcas Ferrari y Lamborghini, que representan el lujo y la excelencia.

Otros míticos fabricantes nacieron en esa tierra particularmente fértil: Maserati, Ducati, así como Pagani y Dallara -proveedor oficial de coches del campeonato americano Indycar- e incluso el grupo Energica, cuyas motos eléctricas corren en un campeonato paralelo.

Cada año -a excepción del de la pandemia-, durante todo un fin de semana, los aficionados a esos magníficos deportivos pueden admirar los últimos modelos en las plazas de Módena, donde suelen inmortalizarse en selfies junto a bólidos de dos o cuatro ruedas.

En el panteón de los superdeportivos de alta gama figura la marca Pagani, emblema de lo exclusivo, cuyo precio alcanza los 2.6 millones de euros, unos US$ 2.8 millones.

Fundada en 1998 en la localidad de San Cesario sul Panaro, cerca de Módena, por el ítalo-argentino Horacio Pagani, quien pasó antes por Lamborghini, la marca es accesible a un nicho de clientes extremadamente seleccionado.

Localizada en las afueras de la pequeña ciudad, la planta cuenta con un museo y un taller de producción, donde se fabrican sólo 40 unidades al año.

“Necesitamos entre ocho a nueve meses para fabricar un automóvil”, contó Christopher Pagani, hijo del fundador y encargado de la comunicación.

En una zona del taller trabajan una decena de técnicos e ingenieros, en su mayoría jóvenes, que en ese momento armaban un volante, mientras otros limpiaban unos moldes para la carrocería, todo en un ambiente impecable, acogedor, donde todo está en perfecto orden.

Más de cuarenta tipos de fibra de carbono, titanio y aluminio garantizan que la marca Pagani sea entre las más ligeras.

“Hay que reflexionar junto con los clientes” sobre la posibilidad de un Pagani eléctrico, aunque sería más pesado por culpa de las baterías, explica Christopher Pagani.

La rivalidad entre Lamborghini y Ferrari

Esa región famosa por su gastronomía, por sus quesos y jamones y también por las luchas de las mujeres campesinas contra la explotación en los arados, se transformó completamente en la posguerra con la mecanización, los tractores, la maquinaria agrícola.

Cuenta la leyenda que, en una discusión a comienzos de la década del sesenta, Ferruccio Lamborghini, dueño entonces de una fábrica de tractores y de una colección de automóviles de lujo, entre ellos varios Ferrari, llamó para quejarse a Enzo Ferrari, famoso ya por la marca del caballito.

“Enzo, tus autos me dan problemas”, a lo que este último respondió: “Es mejor que los fabriques tú mismo, si no te gustan los míos”, le respondió.

Ese intercambio, que nadie sabe si efectivamente ocurrió, dio origen en 1963 a la fábrica de autos deportivos Lamborghini, que, de hecho, se transformó en el mayor competidor de Ferrari.

Medio siglo después, Emilia-Romagna es considerada un centro de excelencia para la mecánica.

“Es un éxito que viene de lejos, fruto de varias generaciones”, explica a la AFP Andrea Corsini, encargado de Transporte, Infraestructuras y Turismo de Emilia-Romagna.

Según el Observatorio Económico Riparte l’Italia, el “Valle de los Motores” aloja unas 16,000 empresas, cuatro circuitos, seis centros de formación y emplea a más de 90,000 personas.

“En cuanto a oportunidades de trabajo, o contactos con empresas, aquí está lo mejor”, asegura Emilio, de 24 años, estudiante de ingeniería automotriz, quien llegó del sur del país para especializarse en Módena.

El sector registra una facturación de 16,000 millones de euros al año (US$ 17,000 millones), entre ellos 7,000 millones en exportaciones.

En el 2021 su salud resultaba excelente: Bugatti, Ferrari, Lamborghini, así como Bentley y Porsche, entre otros, han registrado resultados récord.

En una subasta en París al inicio del año, un famoso coche Bugatti EB110 GT del año 1996 fue adjudicado nada menos que por casi US$ 2 millones.