Las grandes ciudades versus la Francia vaciada. Las centenas de seguidores de la ultraderechista Marine Le Pen achacaron la amarga derrota de su candidata al voto urbano, que les penaliza ante un Emmanuel Macron que obtuvo rotundas victorias en las metrópolis.
“Las proposiciones de Macron están centradas a los que viven en las ciudades, con temas como la ecología. Esa ha sido la principal clave de la derrota”, consideró Luc, un militante de las afueras de París jubilado desde hace unos meses.
Con semblante circunspecto, el hombre resumía el mal sabor de boca que dejó esta elección, en la que, no obstante, la ultraderecha francesa batió récord de votos, con en torno a 12 millones, según las estimaciones.
Reunidos en el Pavillion de Armenonville, un antiguo pabellón de caza de inspiración decimonónica situado en Neuilly sur Seine -una de las localidades más ricas de Francia-, las centenas de militantes y altos cargos de Agrupación Nacional (RN) digerían el revés, algunos bebiendo champán cuyas botellas llevaban la etiqueta “Marine Présidente”.
David Rachline, alcalde de la ciudad de Fréjus (sur), incidió también en la rémora que las grandes ciudades han supuesto para Marine Le Pen. “Es cierto que Macron tiende a privilegiar a las grandes ciudades y a abandonar las zonas rurales, lo hemos constatado en la campaña”, señaló el barón del RN.
El regidor incitó a los franceses a que apuesten por el RN para promover una despoblación de las grandes urbes votando en las elecciones legislativas de junio y coincidió con Marine Le Pen en “la agresiva” estrategia de Macron.
“Nos ha pintado como diablos y han caricaturizado nuestro proyecto en cosas que ni estaban en nuestro programa, como salir de la UE o aliarnos con Rusia”, cerró Rachline, después de haber entonado el himno nacional de la Marsellesa a pleno pulmón como epílogo a la corta intervención de Le Pen.
Rotunda victoria en los territorios de Ultramar
Otros cargos del partido preferían ver el vaso medio lleno, como el candidato a la alcaldía de París en el 2020, Serge Federbusch. “Hemos progresado (unos 9 puntos) respecto al 2017, en el 2027 podremos avanzar más y vencer”.
Antes de las 22:00 horas, con el 65% de los votos escrutados, Macron tenía el 57.60% de los votos frente al 42.40% de Le Pen.
Precisamente una victoria rotunda de la candidata nacional-populista sucedió en los territorios de Ultramar como la Guyana francesa, fronteriza con Brasil y Surinam. Jérome Harbourg, representante del RN en esta región, realzó el más del 60% cosechado por la aspirante.
“Hemos logrado atraer más allá de nuestro arco político, atrayendo a los votantes de (Jean-Luc) Mélenchon (izquierda)”, refirió a EFE Harbourg, de 25 años.
En el Pavillion de Armenonville, que recibió durante su historia a personalidades como Alexandre Dumas y Marcel Proust, algunos militantes habían llegado con varias horas de antelación para festejar los resultados.
Una de ellas fue Denise Cornet, una señora parisina de unos 70 años, jubilada e impecablemente vestida. “A mí quien me gustaba era Jean-Marie Le Pen (padre de Marine y fundador del Frente Nacional). Hace 30 años que estoy afiliada y él me cautivaba, con su discurso su puesta en escena”.
Entre reproches por cómo Marine trató políticamente a su padre -lo apartó del partido en el 2015-, la septuagenaria, no vacunada, justificó por qué quería una victoria de su candidata.
“El pase de vacunación no se aguanta, no es nada agradable que te hagan una prueba PCR para todo, y la inmigración tampoco. Nos están invadiendo”, concluyó la mujer.