La reunión anual del Foro Económico Mundial comenzó en Davos con la advertencia de ejecutivos y economistas de que este año es probable que se produzca una recesión mundial.
De los 4,410 líderes empresariales encuestados por PricewaterhouseCoopers LLP en octubre y noviembre del año pasado, el 73% predijo que el crecimiento mundial disminuiría en los próximos 12 meses. La lectura fue la peor desde que la consultora comenzó a realizar encuestas en el 2011. Dos de cada cinco incluso expresaron su preocupación de que sus empresas no duren una década.
Otra encuesta entre economistas jefe, publicada por el Foro, reveló que dos tercios prevén una recesión mundial en el 2023, a medida que las empresas reducen costos; el 18% consideraba “extremadamente probable” una recesión de este tipo.
Es probable que las preocupaciones abunden esta semana, cuando más de 2,700 ejecutivos, banqueros y economistas llegarán al centro de esquí suiza de Davos por primera vez en enero desde el 2020. Si bien los datos recientes han generado esperanzas de que las economías aún puedan lograr un aterrizaje suave, el repunte de la inflación del año pasado y la posterior subida de las tasas de interés por parte de los bancos centrales han hecho que muchos se preparen para una contracción de las economías.
El presidente global de PWC, Bob Moritz, dijo, sin embargo, que el nivel de preocupación en la encuesta de su empresa probablemente era exagerado.
Las expectativas de desaceleración se incorporan a las predicciones porque la gente las ve venir desde hace mucho tiempo. En comparación con la crisis financiera de 2008, los jefes ahora temen más por la economía, pero confían más en que sus empresas “superarán esta recesión”.
Aun así, la confianza de los líderes empresariales en las perspectivas de crecimiento de su propia empresa registró el mayor descenso desde la crisis de 2008.
Adaptarse o morir
Los tres grandes riesgos de este año son la inflación, la volatilidad macroeconómica y los conflictos geopolíticos, según la encuesta.
Moritz, de PWC, afirmó que la principal sorpresa ha sido la perspectiva a largo plazo, ya que el 40% de los directores ejecutivos están convencidos de que “sus organizaciones no serán económicamente viables dentro de 10 años si no se transforman”.
Y añadió: “A corto plazo se trata de cómo gestionar las presiones de costos y a largo plazo de las cadenas de suministro, el clima y la disrupción tecnológica”. Los directivos deben actuar ahora para “sobrevivir dos años y prosperar en los próximos diez”, asegurándose de que disponen del capital necesario para el futuro.
El año pasado, los directivos estaban preocupados por las amenazas cibernéticas, sanitarias y climáticas. Moritz afirmó que la crisis climática sigue siendo un problema urgente. “No me preocupa que haya descendido en las listas. Las cosas son relativas: entre el 60% y el 70% de los directores ejecutivos ya están tomando medidas”, señaló.
Las amenazas geopolíticas no se limitan a Rusia y China. “Si Rusia-Ucrania puede ocurrir, ¿qué más?”. preguntó Moritz. “¿Qué pasa con Medio Oriente y el papel de Irán? Incluso la Ley de Reducción de la Inflación en Estados Unidos es un riesgo potencial”. Los cientos de miles de millones de dólares en subsidios de la IRA, como se conoce la ley en inglés, para proyectos de energías limpias está provocando tensiones geopolíticas en Europa.
Poder de los trabajadores
En cuanto a la dotación de personal, el 60% de los jefes no planean reducir la plantilla y el 80% no bajará la compensación, ya que prefieren retener a los empleados antes que someterse a costosos procesos de contratación. Se espera que la rotación de personal vuelva a ser elevada este año.
“El poder lo siguen teniendo los trabajadores con las habilidades adecuadas”, dijo Moritz.
Los líderes empresariales de Francia, Alemania y el Reino Unido son aún menos optimistas sobre el crecimiento interno que sobre la expansión mundial.
Sin embargo, el Reino Unido ha mejorado como lugar elegido para hacer negocios, ya que los directivos lo sitúan como el tercer país más importante para el crecimiento de los ingresos, por detrás de Estados Unidos y China e igualado con Alemania. Nunca antes había ocupado un puesto superior al cuarto.