”No le daría ni 10 centavos” a México para la crisis migratoria, ha soltado Donald Trump, poco amigo de la mesura cuando aborda su tema predilecto para las elecciones presidenciales: lo que califica de “invasión” de migrantes que “están matando” a Estados Unidos.
En febrero el gobierno mexicano propuso un decálogo para abordar el tema migratorio.
Incluye la concesión de US$ 20,000 millones anuales para respaldar a los países pobres de América Latina y el Caribe, de donde sale la mayor parte de los migrantes.
Trump, probable rival republicano del presidente demócrata Joe Biden, candidato a su reelección en los comicios de noviembre, lo considera “una falta de respeto” y no está dispuesto a tolerarlo -dice- si sale elegido en las urnas.
“Dijo que quiere US$ 10,000 millones esencialmente solo para hablar, US$ 10,000 millones para hablar, eso no tiene sentido y eso no sucedería conmigo”, declaró Trump al presentador Brian Kilmeade del canal “Fox & Friends”.
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“Falta de respeto”
Es “sencillamente una falta de respeto hacia el presidente. A mí nunca me dirían eso. Nunca dirían, antes de hablar, quiero US$ 10,000 millones al año (...) nunca me lo pedirían”, afirmó. “No le daría 10 centavos”, zanjó el republicano.
Trump intensifica, si cabe, los calificativos antimigrantes a medida que avanza la campaña a pesar de que, salvo imprevistos, tiene asegurado el duelo contra Biden en noviembre.
“Están matando a nuestro país, están matando a nuestra gente”, lo “envenenan”, son “delincuentes”, psicópatas... La lista es larga y se va engrosando cada semana.
En realidad la mayoría de esos migrantes son latinoamericanos que huyen de la pobreza, la violencia o la corrupción. Trump amenaza con deportarlos “masivamente” si gana las elecciones.
“No somos colonia”
En una entrevista con el programa 60 Minutos de la cadena CBS López Obrador presumió de tener una “muy buena relación con el gobierno de Estados Unidos (de Biden), pero no de subordinación”.
“Nosotros somos un país independiente, libre, soberano, no somos colonia, no somos protectorado de ningún país extranjero”, afirmó retomando una idea que repite en cada viaje a Estados Unidos.
“El presidente Biden es respetuoso de nuestra soberanía como lo fue el presidente Trump”, afirmó López Obrador.
La buena sintonía no impide discrepancias.
López Obrador ha planteado a la Casa Blanca que Washington debería invertir miles de millones cada año para aliviar la pobreza en América Latina, suavizar las sanciones a los gobiernos de izquierda de Venezuela y Cuba y conceder un estatus legal a millones de mexicanos que viven en Estados Unidos. En vano.
En cualquier caso no tendrá que verse las caras para negociar con Biden ni con Trump dado que México celebra elecciones generales a principios de junio y López Obrador dejará el cargo a finales de año.
Con los trumpistas, a día de hoy, el principal escollo es una ley “antimigrante” respaldada por los republicanos que permitiría a Texas detener y expulsar a quienes crucen ilegalmente la frontera desde México. Por el momento una corte de apelaciones la ha mantenido en suspenso.
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