El sindicato United Auto Workers (UAW) anunció este lunes que 6.800 trabajadores de la planta de ensamblaje que Stellantis posee en Míchigan se unen a la huelga que mantienen en otros 44 centros de trabajo de esta misma empresa, General Motors (GM) y Ford desde el pasado 15 de septiembre.
Los paros, que involucran ya a más de 40,000 miembros de la UAW en la primera huelga simultánea de los tres grandes fabricantes de automóviles de Estados Unidos, implicará ahora a los responsables del montaje de la camioneta más vendida de Stellantis, el modelo RAM-500, detalló UAW en un comunicado.
Según el sindicato, Stellantis cuenta con los “mayores ingresos y márgenes de beneficio”, pero está aún “por detrás de Ford y General Motors” en las demandas de sus trabajadores sobre “aumento salarial, retribución de los trabajadores temporales y conversión a jornada completa”.
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El movimiento se produce pocos días después de que el presidente de la UAW, Shawn Fain, detallara las propuestas actuales de los fabricantes de automóviles, destacando las deficiencias de la oferta de Stellantis.
El sindicalista criticó entonces el discurso pronunciado el lunes por el presidente ejecutivo de Ford, Bill Ford, en el que el bisnieto del fundador de la compañía advirtió que las demandas de UAW pueden provocar el cierre de plantas y amenazan la supervivencia de la automotriz.
“(Bill Ford) Dijo que si los trabajadores obtienen su parte de justicia económica tendrá que cerrar plantas como Rouge (el centro de producción de vehículos eléctricos de Ford)”, manifestó Fain.
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Fain reconoció que las tres empresas han realizado propuestas que mejoran las condiciones económicas y laborales a niveles nunca antes alcanzados, pero añadió que la razón es que “el listón estaba muy bajo” y que las compañías todavía tienen dinero para seguir mejorando sus ofertas.
La huelga comenzó el 15 de septiembre con un paro en tres plantas de montaje de Míchigan, Misuri y Ohio. Desde entonces se ha extendido a siete plantas de montaje y 38 centros de distribución de piezas en 22 estados.
El 11 de octubre, la UAW inició una nueva fase de la huelga al lanzar paros sorpresa contra la planta de camiones de Ford, ubicada en el estado de Kentucky, donde 8,700 miembros de la UAW abandonaron sus puestos de trabajo sin preaviso.
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