El ala más dura de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos aprovechó la víspera del discurso del presidente de la entidad, Jerome Powell, para instar al banco central a que comience a reducir unas compras de bonos que, en su opinión, se han vuelto ineficaces e, incluso, perjudiciales.
El presidente de la Fed de San Luis, James Bullard, declaró en la CNBC que “probablemente no necesitamos las compras de activos en este momento”, repitiendo su llamamiento para que la Fed comience a recortar sus US$ 120,000 millones en compras mensuales de bonos pronto y termine el programa a principios del próximo año.
El aumento de los precios de la vivienda, por ejemplo, “es una preocupación. No queremos ser demasiado complacientes”, dijo Bullard. “Hay cierta preocupación de que estemos haciendo más daño que ayudando”, al seguir comprando valores respaldados por hipotecas que mantienen bajos los costos de los préstamos y podrían apoyar valores de activos aún más altos.
Tanto Bullard como la presidenta de la Fed de Kansas City, Esther George, en una comparecencia separada en Fox Business, indicaron que el banco central está avanzando de forma constante hacia un plan para reducir las compras de bonos.
Bullard dijo que la Fed está “uniéndose” en torno a un plan, y George que espera que haya más información después de la reunión de la Fed del 21 y 22 de setiembre.
Con la fuerte inflación y la previsión de un crecimiento continuado del empleo, “hay una oportunidad para empezar a reducir las compras de activos”, dijo George, y su preferencia es que el proceso comience “más pronto que tarde”.
Bullard y George se encuentran entre un grupo de autoridades de la Fed dispuestos a iniciar pronto la reducción de las compras de bonos.
Otro, el presidente de la Fed de Dallas, Robert Kaplan, indicó más tarde el jueves que “seguiría siendo mi opinión que cuando lleguemos a la reunión de septiembre estaremos bien servidos para anunciar un plan para ajustar las compras y comenzar a ejecutar ese plan en octubre o poco después”.
Sus comentarios preceden a los de Powell el viernes, que ofrecerá una actualización de la economía y probablemente tocará el asunto de cómo la Fed ve los riesgos contrapuestos de una mayor inflación frente a la posibilidad de que un nuevo aumento de los casos de virus frene la recuperación económica de Estados Unidos de forma significativa.
En su reunión de julio, las autoridades de la Fed acordaron que probablemente sería el momento de reducir las compras de bonos a fines de año, y la mayoría de los analistas consideran que hay poca diferencia para la economía si ese proceso se inicia en un mes determinado.
Sin embargo, el anuncio de un plan enviará una fuerte señal de que la Fed considera que los riesgos de la pandemia han disminuido lo suficiente como para empezar a reducir el apoyo extraordinario desplegado en marzo del 2020 para evitar un colapso.
Es un poco de comunicación que la Fed quiere hacer bien, y algunos han argumentado que es causa de un poco más de paciencia.