El presidente de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, Jerome Powell, dijo este miércoles que si la economía evoluciona “en términos generales como se espera, probablemente será apropiado comenzar a reducir la moderación de la política en algún momento de este año”.
“Creemos que nuestra tasa de política probablemente esté en su punto máximo para este ciclo de ajuste”, apuntó minutos después de que la Reserva Federal anunciara que mantiene los tipos de interés en su rango actual y que no espera que sea apropiado reducir el rango objetivo hasta estar seguros de que la inflación se está moviendo de manera sostenible hacia el objetivo del 2%.
El regulador estadounidense decidió mantener los tipos en la horquilla del 5.25% y el 5.5%, su máximo nivel desde 2001.
“Las perspectivas económicas son inciertas y seguimos muy atentos a los riesgos de inflación”, apuntó Powell, quien detalló que el regulador continuará tomando sus decisiones “reunión tras reunión”.
El presidente de la Fed afirmó que no necesitan “datos mejores” sino “la continuación de los buenos datos que hemos estado viendo”.
“Tenemos seis meses de buenos datos de inflación, la pregunta realmente es: seis meses de buenos datos de inflación ¿nos están enviando una verdadera señal de que, de hecho, estamos en un camino sostenible hacia una inflación del 2%? Esa es la pregunta y la respuesta vendrá con más datos”, insistió.
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La Fed es consciente, añadió, de que “reducir los tipos demasiado pronto o demasiado podría dar lugar a una reversión del progreso” y derivaría en “una política más estricta para que la inflación vuelva al 2 %”.
En el comunicado publicado por la Fed, el regulador explica que las evaluaciones del Comité tendrán en cuenta una amplia gama de información, incluidas lecturas sobre las condiciones del mercado laboral, presiones inflacionarias y expectativas de inflación, y acontecimientos financieros e internacionales.
Los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, en inglés), órgano encargado de decidir si se suben o no los tipos, tomaron esta decisión tras concluir un encuentro de dos días.
La decisión de la Fed se conoce unos días después de que Estados Unidos anunciara que cerró 2023 con un crecimiento del producto bruto interno (PBI) del 3.1%, gracias al aumento del gasto de los consumidores pese a la inflación.
La cifra es mayor a la estimada por los economistas y superior al 2.1% del crecimiento registrado en 2022, año en el que la primera economía del mundo sufrió una recesión técnica.
El PBI es uno de los datos que analiza de cerca el regulador, junto con la inflación, que en diciembre abandonó su racha bajista. Los precios subieron tres décimas interanualmente y la inflación cerró el año en el 3.4%.
Este indicador llevaba bajando en términos interanuales desde octubre y la subida supuso un revés para los objetivos de la Fed de devolverla al 2%.
El mercado laboral estadounidense es otro de los datos que analiza la Fed y, lejos de enfriarse, continúa sólido.
En diciembre, la creación neta de nuevos puestos de trabajo subió de nuevo y se crearon 216,000, 43,000 más de los generados un mes antes, y la tasa de desempleo se mantuvo en el 3.7%, una cifra que no parece indicar que el mercado laboral se haya resentido por las subidas de tipos.
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