En la imagen, un crucifijo milagroso que en 1552 fue llevado en procesión por Roma para detener la gran plaga, que fue traída de la iglesia de San Marcello al Corso en Roma. (Foto: AFP)
En la imagen, un crucifijo milagroso que en 1552 fue llevado en procesión por Roma para detener la gran plaga, que fue traída de la iglesia de San Marcello al Corso en Roma. (Foto: AFP)

Jim Lake, un cristiano devoto jubilad que vive en el estado de Washington, dice que sus creencias religiosas siempre le han hecho oponerse a prácticas como el aborto, las transiciones transgénero o la investigación con células madre. Pero hasta el año pasado, no se le había pasado por la cabeza que podía poner su dinero al servicio de su fe.