Más de 3.5 millones de personas corren el riesgo de perder sus viviendas en Florida por los huracanes y la subida del nivel del mar, un problema del presente, no del futuro, que afecta ya a sectores como el inmobiliario y el de seguros.
En el mapa de Thais López Vogel, cofundadora de VoLo Foundation, una organización filantrópica de Florida que apoya investigaciones y proyectos sobre el cambio climático, Florida está pintada de “color rojo”, dice.
Ocho de las diez ciudades estadounidenses que, según las proyecciones de VoLo, se verán más gravemente afectadas por el calentamiento global en los próximos años son floridanas: St. Petersburg, Tampa, Bradenton, Jacksonville, Naples, Fort Myers, Miami y las de los cayos.
Son localidades costeras que enfrentan el grave riesgo de que un mar de leva, un huracán o la combinación de ambos se las “trague”.
“Siempre hablamos en futuro, del año 2100, pero creo que tenemos que hablar del momento actual, donde más de tres millones y medio de personas están por perder sus casas en Florida” a causa de grandes inundaciones provocadas por el aumento del nivel del mar, alerta.
“Hay un libro que pone como ejemplo uno de los edificios más altos de Miami, donde, en el 2050, va a llegar el agua hasta el décimo piso, es un ejemplo muy visual”, comenta.
Inundaciones sin lluvia
En la actualidad, ya se dan las “inundaciones en días soleados”, que es cuando el mar se introduce en las alcantarillas cuando ni siquiera está lloviendo, comenta esta abogada que en el 2014 fundó VoLo junto a su marido, el científico David S. Vogel.
Para el 2050, apunta, “se estima que por encima de un millón de personas más, o sea, casi cinco millones, se vean afectadas” en Florida.
El calentamiento global, además de elevar el nivel del mar, tiene incidencia en los huracanes, subraya.
“Los huracanes se van a producir normalmente, el problema ahora es que como tenemos más emisiones de gases hacia la atmósfera no solo los huracanes se hacen más potentes, sino también el vapor se acumula en las nubes y esto provoca que haya más inundaciones”, explica López.
En lo que va del 2022 se han presentado en la cuenca atlántica tres tormentas con nombre pero todavía ningún huracán, pero aun así la amenaza de una temporada intensa se mantiene, según la Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) estadounidense.
El pronóstico actualizado de NOAA es de 14 a 20 tormentas con nombre, de las cuales de seis a diez pueden llegar a huracanes y de estos entre tres y cinco llegaría a ser “mayores”, es decir de categoría 3 o más en la escala Saffir-Simpson.
La buena noticia es que NOAA ha reducido al 60% la probabilidad de que la temporada ciclónica 2022 sea más activa de lo normal. En mayo pasado, había estimado que sería de 65%.
Todo el mundo lo sabe
El calor es otro problema para Florida. Según López Vogel, este estado tiene un promedio de 25 días de calor peligroso cada año, pero a partir del 2050, serán 130, “más que en cualquier otro estado” del país, apunta.
No solo el sector inmobiliario se ve impactado horriblemente por estas previsiones: “las aseguradoras se están yendo de Florida producto de esto, las que quedan aseguran por más dinero y con menos margen de reclamación”.
“Ellos lo saben, todo el mundo lo sabe, los políticos lo saben, la gente que invierte lo sabe”, asevera.
López está convencida de que la mejor solución para mitigar el impacto del cambio climático es establecer un impuesto sobre el carbono y “que lo paguen los que lo producen”.
“El día que tengan que pagar por eso van a hacer la transición a la energía limpia. En Florida, que somos ‘el estado del sol’, dentro de poco nos convertiremos en ‘el estado de la emergencia’”, agrega.
La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, advirtió recientemente en Miami de que “la crisis climática está aquí, ha llegado” y urge tratarla como una emergencia global, por lo que la Casa Blanca destinará este año más de US$ 1,000 millones a proyectos para combatir la crisis climática.
López indica que además hay que crear conciencia del cambio climático. “Hay que ponerlo todos los días en los periódicos y en internet”, dice la fundadora de VoLo, con sede en la ciudad costera de Jupiter (sureste de Florida) y cuyos colaboradores son científicos, meteorólogos y comunicadores sociales.
“Concentramos un 70% de nuestro trabajo en el problema climático y lo hacemos por nuestros 6 hijos; como madre, lo primero que me interesa en el mundo es el bienestar de mis hijos”, aseveró.