La energía eólica, una fuente clave de electricidad en Texas, ha reducido su producción justo al tiempo que el estado más la necesita, con turbinas generando menos de una décima parte de su capacidad.
La abrasadora ola de calor está empujando la red de Texas al límite. La demanda de energía aumenta a medida que las personas encienden los acondicionadores de aire. Sin embargo, mientras tanto, la velocidad del viento ha caído a niveles extremadamente bajos, y eso significa que la flota de turbinas del estado está en apenas un 8% de su producción potencial.
Texas puede ser conocido como el centro petrolero y de gas de Estados Unidos, pero también ha sido durante mucho tiempo el mayor generador de energía eólica en el país.
Recientemente, la fuente de energía renovable se ha politizado mucho: algunos críticos culparon a las turbinas eólicas congeladas por la falla de la red de Texas durante una tormenta invernal mortal el año pasado, a pesar de que las interrupciones en las plantas que funcionan con gas natural fueron las principales culpables.
Los mínimos actuales de las turbinas de Texas también apuntan a una contradicción más amplia a medida que el mundo hace la transición a fuentes de energía más limpias. Si bien todos los países están generando más electricidad a partir de fuentes eólicas y solares intermitentes, el almacenamiento en baterías a gran escala todavía está en ascenso. Eso deja a las redes principales más frágiles y vulnerables a las afectaciones.
Los problemas que atraviesa la energía eólica durante las olas de calor no es un fenómeno nuevo. Los potentes sistemas de alta presión que provocan un calor intenso a menudo sofocan la producción de aire, justo cuando se necesita más energía para satisfacer una mayor demanda eléctrica. La masa de aire en lo alto sofoca el viento cerca de la superficie, hasta que la masa se mueve a otra parte.
En este momento, uno de esos sistemas de alta presión se encuentra directamente sobre el estado de la estrella solitaria.
Existe la esperanza de que la energía eólica sea mucho más robusta el martes, cuando se espera que el patrón climático cambie hacia Nuevo México.