Los 50 estados de Estados Unidos recibieron el martes la autorización para construir la primera red nacional de estaciones de carga para vehículos eléctricos, a razón de una cada 80 kilómetros (50 millas) en las autopistas interestatales, como parte del plan del presidente Joe Biden de fomentar el uso generalizado de autos cero emisiones.
El Departamento de Trasportes dijo que aprobó los planes de un último conjunto de 17 estados, con lo cual liberó US$ 1,500 millones de fondos federales a todas las jurisdicciones del país —US$ 5,000 millones a lo largo de cinco años— para instalar o modernizar las estaciones de carga a lo largo de 120,000 kilómetros (75,000 millas) de autopistas de costa a costa, con el objetivo de contar con 500,000 estaciones de carga en todo el país. Los planes para los 33 estados restantes y la capital fueron aprobados semanas atrás.
Para fines de año, los conductores encontrarían ampliaciones y mejoras en las estaciones existentes en estados como California, Colorado, Florida y Pennsylvania, que ahora tienen al menos cuatro puestos de carga, lo que permite la recarga completa de un vehículo en aproximadamente una hora.
La construcción de las nuevas estaciones comenzaría a mediados del año próximo.
“Estados Unidos encabezó la primera revolución automotriz en el siglo pasado y estamos en posición de encabezar el siglo XXI con vehículos eléctricos”, dijo el secretario de Trasportes, Pete Buttigieg. Los planes “ayudarán a garantizar que los estadounidenses en todas partes del país, desde las ciudades más grandes hasta la mayoría de las poblaciones rurales, estén en condiciones de aprovechar el ahorro y los beneficios de los vehículos eléctricos”.
La aprobación es un paso importante para crear aceptación y uso generalizado de los vehículos eléctricos. Muchos consumidores suelen expresar renuencia debido a la escasa autonomía y de los autos y la escasez de cargadores. Biden ha fijado la meta de que el 50% de las ventas de autos nuevos sean eléctricos para el 2030 y su gobierno dará nuevos créditos impositivos de hasta US$ 7,500 para que los vehículos sean accesibles para el común de la gente.