Funcionarios de la administración Trump están discutiendo si renovar su fallida campaña para expulsar al venezolano Nicolás Maduro del poder, persuadiendo a algunos miembros del partido gobernante para que compartan temporalmente el poder con los líderes de la oposición, según personas familiarizadas con el asunto.
Estados Unidos siguió una estrategia similar el año pasado –respaldada por el líder de la oposición, Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela–, que incluyó un levantamiento fallido el 30 de abril. No obstante, algunos de los funcionarios piensan que pueden tener una mejor oportunidad de éxito ahora, a medida que surjan nuevas sanciones, dijeron las personas.
La administración Trump recientemente ha incrementado los esfuerzos para expulsar a Maduro y reunir el apoyo internacional detrás de Guaidó. El martes, Washington sancionó a una unidad de la mayor productora de petróleo de Rusia, Rosneft PJSC, por mantener lazos con el venezolano Nicolás Maduro y la compañía petrolera estatal, PDVSA.
El colapso económico de Venezuela está llegando a su séptimo año completo, agravado por las sanciones internacionales que prohíben las exportaciones de petróleo a EE.UU. y reducen el acceso al financiamiento externo.
La Casa Blanca y los portavoces de Maduro y Guaidó no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios sobre un posible acuerdo para compartir el poder.
Acuerdo fallido
El año pasado, EE.UU. trató de derrocar a Maduro aceptando dar poder a otros en su régimen. Sin embargo, la administración dijo que algunos de esos funcionarios incumplieron el acuerdo en el último minuto.
Altos funcionarios estadounidenses hablaron sobre compartir el poder con Guaidó durante su visita a Washington a principios de este mes, dijeron las personas. Pidieron que no se revelara su identidad, ya que el asunto es privado.
Ambas partes consideraron las sanciones como la clave para desarraigar a Maduro, pero ahora están discutiendo si un acuerdo temporal para compartir el poder les ayudaría a alcanzar más rápidamente su objetivo de elecciones libres y justas, dijeron las personas.
No hay señales de que Maduro acepte tal acuerdo. En repetidas ocasiones ha rechazado la idea de renunciar, y abandonó las conversaciones con la oposición en Barbados en agosto pasado en protesta por las nuevas sanciones de Estados Unidos. Después de liderar la economía de Venezuela por un acantilado, el líder autocrático ha traído un grado de estabilidad, al permitir que los dólares fluyan más libremente en los últimos meses.
Sin embargo, Estados Unidos podría buscar un acuerdo para compartir el poder pese a la objeción de Maduro, intentando nuevamente persuadir a sus diputados, u otros partidarios, para que se vuelvan contra él. Aún así, hay reticencia dentro de la administración Trump sobre la inclusión de cualquier persona del círculo interno de Maduro en dicho acuerdo, dijeron las personas familiarizadas con el asunto.
No está claro si los funcionarios han planteado discusiones sobre el poder compartido con Trump.
Trump ha reafirmado reiteradamente su compromiso de expulsar a Maduro. En su discurso sobre el Estado de la Unión a principios de este mes, Trump prometió romper el “control de la tiranía” de Maduro mientras Guaidó, quien es reconocido por Estados Unidos y casi otros 60 países como jefe de estado, observaba desde la galería.