El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, describió la migración como un “desafío hemisférico” compartido, durante una visita de su colega de México, y dijo que ambos países harían inversiones en infraestructura en la frontera y trabajarían para interrumpir el tráfico de drogas.
La reunión en la Casa Blanca se produce un mes después de que Andrés Manuel López Obrador se ausentara de la Cumbre de las Américas organizada por Washington en Los Ángeles para protestar por la decisión de Biden de excluir a los regímenes comunista de Cuba, y no democráticos de Venezuela y Nicaragua.
“A pesar de los titulares exagerados que a veces vemos, tú y yo tenemos una relación sólida y productiva”, afirmó Biden en declaraciones a los medios junto a su homólogo, antes de reunirse en privado.
López Obrador manifestó que había espacio para intensificar las relaciones bilaterales bajo el acuerdo comercial de Norteamérica (TMEC), entre Estados Unidos, México y Canadá, y que algunos aranceles podrían suspenderse, aunque no especificó cuáles.
El mandatario mexicano explicó que algunos estadounidenses están viajando a su país para comprar gasolina en medio de los altos precios del producto en Estados Unidos y se comprometió a garantizar el doble de suministro para satisfacer esa demanda.
Si bien Biden remarcó un compromiso existente para aumentar las visas de trabajo temporal para los centroamericanos, ninguno de los líderes anunció nuevos acuerdos migratorios en la conferencia de prensa.
El gobierno de México informó a finales de junio que Estados Unidos pactó ofrecer 300,000 visas de trabajo, la mitad para mexicanos y el resto para centroamericanos.
No obstante, representantes del gobierno de López Obrador expresaron a Reuters su escepticismo de que se logre un compromiso de Washington, señalando la cautela en la administración Biden ante la posibilidad de que eso pueda generar críticas de los republicanos sobre inmigración.
Un funcionario estadounidense dijo que el acceso a las visas sería un tema de conversación entre los dos líderes.
López Obrador se reunió más temprano la mañana del martes con la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, la persona a la que Biden ha encargado los esfuerzos para abordar las causas fundamentales de la migración en Centroamérica, incluida la pobreza, la violencia y el cambio climático.
Inclinándose desde la ventana de su hotel para dirigirse a una multitud de simpatizantes que lo vitoreaban, incluida una banda de mariachis, el gobernante mexicano prometió que impulsaría una migración ordenada para que los migrantes no sufran.
“Lo principal es la defensa de nuestros paisanos migrantes”, apuntó.
Cruces en niveles récord
Legisladores republicanos han culpado a Biden, un demócrata, por el aumento de los cruces fronterizos de inmigrantes, en el período previo a las elecciones legislativas de mitad de período en noviembre, en medio de una fuerte demanda de trabajadores en Estados Unidos y una ralentización de la economía de México.
Mientras tanto, López Obrador criticó al gobierno de Texas, liderado por republicanos, por tomar medidas enérgicas contra la inmigración ilegal. La Patrulla Fronteriza estadounidense realizó alrededor de 70,000 arrestos de migrantes mexicanos en mayo, frente a los 18,000 en el mismo mes en el 2019.
La mitad de los 53 inmigrantes que murieron en un camión con remolque durante un intento fallido de contrabando de personas en San Antonio el mes pasado fueron mexicanos, según las autoridades.
Un alto funcionario estadounidense reconoció que había cierta “exasperación” en sectores del Gobierno por la ausencia de López Obrador en la cumbre. Pero esta visita demostró que las dos administraciones “ya habían pasado página”, añadió.
En otra fuente de tensiones bilaterales, también se espera que las conversaciones de la Casa Blanca muestren “algún progreso” en la resolución de los problemas que las empresas estadounidenses han enfrentado en el sector energético de México, dijo el alto funcionario de la administración.