Los precios al consumidor en Estados Unidos han aumentado debido a una serie de factores, incluidos los problemas de las cadenas de suministro globales, el estímulo gubernamental masivo del comienzo de la pandemia de COVID-19 y la invasión a Ucrania por parte de Rusia. (Foto: Sean Gallup)
Los precios al consumidor en Estados Unidos han aumentado debido a una serie de factores, incluidos los problemas de las cadenas de suministro globales, el estímulo gubernamental masivo del comienzo de la pandemia de COVID-19 y la invasión a Ucrania por parte de Rusia. (Foto: Sean Gallup)

Los precios al consumidor de Estados Unidos no subieron en julio gracias a una fuerte caída del costo de la energía, incluido el de la gasolina, en una primera señal de notable alivio para los estadounidenses que han visto acelerarse la inflación en los últimos años.

El (IPC) se mantuvo sin cambios el mes pasado después de haber subido un 1.3% en junio, dijo el miércoles el Departamento de Trabajo, en un informe muy esperado, que podría permitir a la (Fed) comenzar a reducir el tamaño de las alzas de tasas de interés en su próxima reunión de septiembre.

Se trata de la mayor desaceleración intermensual de los precios desde 1973, y ocurre tras un descenso de aproximadamente el 20% del valor de la gasolina.

Los precios en las gasolineras se habían disparado en la primera mitad de este año debido a la guerra en Ucrania, alcanzando un récord, en promedio, de más de US$ 5 por galón a mediados de junio, según el grupo de defensa de automovilistas AAA.

Los economistas encuestados por Reuters esperaban un aumento del 0.2% en el IPC mensual en julio. Sin embargo, la Fed ha dicho que se necesitan varios descensos mensuales de crecimiento del IPC antes de que cese el endurecimiento de la política monetaria cada vez más agresivo que ha aplicado para controlar la inflación, que actualmente está en máximos de cuatro décadas.

Los inversores redujeron de inmediato las apuestas de que la Reserva Federal subirá por tercera vez consecutiva las tasas de interés 75 puntos básicos en su reunión del 20 y 21 de setiembre, y consideraron que el banco central estadounidense podría optar por medio punto porcentual.

Todavía no es el descenso significativo de la inflación que busca la Fed. Pero es un comienzo y esperamos ver señales más amplias de relajación de las presiones sobre los precios en los próximos meses”, dijo Paul Ashworth, economista jefe de Estados Unidos en Capital Economics.

Los precios al consumidor en Estados Unidos han aumentado debido a una serie de factores, incluidos los problemas de las cadenas de suministro globales, el estímulo gubernamental masivo del comienzo de la pandemia de COVID-19 y la invasión a Ucrania por parte de Rusia.

Los alimentos son un componente del IPC que se mantuvo al alza en julio, con un aumento del 1.1% después de la subida de un 1% en junio.

En los 12 meses a julio, el IPC aumentó un 8.5%, menos que lo esperado, tras un incremento de 9.1% en junio. Las presiones inflacionarias subyacentes, que excluyen los componentes volátiles de alimentos y energía, también mostraron algunas señales alentadoras.

El denominado IPC subyacente subió un 0.3% en julio tras haber ganado un 0.7% en junio, pero avanzó un 5.9% en los 12 meses a julio, al mismo ritmo que en junio.

El costo del alquiler y el alquiler equivalente de la residencia principal de los propietarios, que es lo que un propietario recibiría por alquilar una casa, se mantuvieron casi estables el mes pasado. Los costos de vivienda comprenden alrededor del 40% de la medida básica del IPC.

Mercado laboral ajustado

La trayectoria de las tasas de la Fed es de interés central para los inversores, las empresas y los consumidores.

Los responsables de la política monetaria señalaron la semana pasada que seguirán subiendo las tasas hasta que vean pruebas sólidas y duraderas de que la inflación está en camino de volver al objetivo de 2%.

Un mercado de trabajo extremadamente ajustado también está haciendo subir los salarios, y es posible que haya poco alivio en este frente a la luz del crecimiento del empleo y de los aumentos salariales más fuertes de lo esperado en julio.

La economía creó 528,000 puestos de trabajo el mes pasado y la tasa de desempleo volvió a caer a su mínimo prepandémico, informó el gobierno el viernes.

La rigidez del mercado laboral también se ve subrayada por el hecho de que, aunque las ofertas de empleo en Estados Unidos cayeron a su nivel más bajo en nueve meses en junio, todavía había casi dos puestos de trabajo por cada desempleado.

La solidez del mercado laboral dificultará a la Fed la tarea de equilibrar pronto la economía. La Fed ha subido su tasa de interés 225 puntos básicos desde marzo, a pesar del temor a que el fuerte aumento de los costos de endeudamiento provoque una recesión.