Para el periodista gráfico Darryl Cunningham el “gran error de Occidente” con Putin fue asumir que “solo era un político normal” y no un “mafioso que encabeza un cartel criminal que ha capturado a todo un país”, así que para entender cómo llego a ser así ha desgranado su biografía en el cómic “La Rusia de Putin”.
Hace dos años Cunningham publicó el cómic “Multimillonarios” y fue entonces cuando descubrió que se estimaba “extraoficialmente” que el mandatario ruso tenía una fortuna “tal vez de hasta US$ 20,000 millones”, lo que lo “colocaría entre las cinco personas más ricas del mundo” junto con Bill Gates, Jeff Bezos y Elon Musk.
Así que, con motivo de la publicación en España de “La Rusia de Putin” (editorial Astiberri), el británico dijo que le pareció “natural” que él fuera el tema de su siguiente libro.
Un libro que, según ha avisado, para entenderlo hay que ver a Putin como “un mafioso que encabeza un cartel criminal que ha capturado a todo un país”, y que para hacer esto ha tenido la “ayuda de elementos de la antigua KGB y oligarcas útiles”.
Tras dos años de trabajo, Cunningham se vio obligado a incluir en la segunda edición británica, así como en las primeras publicadas en otros países, páginas dedicadas a la reciente invasión rusa “a gran escala” de Ucrania.
Un conflicto que el lector de este cómic entenderá porque lo que hace el periodista gráfico en estas páginas es mostrar lo “motivado” que está el presidente ruso “para llevar a Rusia a los días de la Unión Soviética”.
“Muchos rusos se sintieron humillados por el colapso de la Unión Soviética y su pérdida de influencia en países como Ucrania. A Putin le gustaría crear una Rusia más grande que recuperaría muchos de los territorios perdidos al final de la Guerra Fría. Todavía piensa como un hombre de la KGB (es ex-KGB)”, ha añadido.
Una mentalidad que ha llevado a Occidente a “asumir” que Putin “solo era un político normal”, un “estadista con el que pudieran negociar normalmente”.
“Pero -ha matizado- él nunca fue eso. Desde el comienzo de su carrera política estuvo involucrado en la criminalidad, es decir, la corrupción masiva en la ciudad de San Petersburgo. Las normas políticas habituales no significan nada para él. Las democracias occidentales deberían haber tomado una línea más dura con Putin desde el principio, pero creyeron ingenuamente que promovería la democracia y la libertad de expresión en Rusia”.
Según cuenta Cunningham en el cómic, no son muchas las biografías que existen sobre el presidente ruso, así que los detalles que se conocen sobre los primeros años de su vida son los que provienen directamente de lo que él ha contado: “por lo que se debe comprender que está tratando de presentar una imagen particular de sí mismo”.
Sin embargo, para el autor “incluso eso” dice mucho sobre este hombre. Por ejemplo, su “obsesión por la masculinidad y la fuerza”, ha destacado.
“Todos hemos visto esas fotos de un Putin con el torso desnudo cazando o a caballo. Puede que no tengamos muchos detalles de su vida personal, pero tenemos mucha evidencia de su carácter a través de sus acciones. Todo eso está bien documentado”, ha afirmado.
Pero por eso, ha reconocido también, habría sido “muy difícil” escribir la biografía en primera persona, con Putin como narrador, así que lanza una propuesta: “sería interesante que un novelista probara una versión ficticia”.
En “La Rusia de Putin” Cunningham analiza también las guerras de Siria, Georgia o Ucrania, los envenenamientos de Salisbury, los asesinatos del político Boris Nemtsov y la periodista Anna Politkóvskaya, entre otros, o cómo el gobierno ruso “interfirió” en las elecciones estadounidenses para favorecer la campaña de Donald Trump.
Actos que le llevan a concluir que “nadie nos va a salvar de Putin” así como que Rusia hoy es un “problema internacional” que exige un alto grado de cooperación entre los países afectados: sanciones, ayuda militar a Ucrania, desconectar a Occidente de su dependencia de la energía rusa y el dinero ruso, y apoyo a las fuerzas prodemocráticas dentro de la propia Rusia.