Los ocho países amazónicos, junto con la República del Congo, Indonesia y San Vicente y las Granadinas, reafirmaron este miércoles su compromiso contra la crisis climática, pero insistieron en que no bastará sin la necesaria cooperación de las naciones más ricas.
La renovación del empeño político en favor del medioambiente por parte de esos países, que atesoran las mayores selvas tropicales del planeta, fue volcada en el comunicado “Unidos por nuestros bosques”, difundido tras una reunión sostenida por presidentes y delegados oficiales en la ciudad brasileña de Belém.
El comunicado, de diez puntos, enfatiza que “los bosques pueden ser centros de desarrollo sostenible y fuentes de soluciones para los retos nacionales y mundiales de sostenibilidad, conciliando la prosperidad económica con la protección del medioambiente y el bienestar social”.
La declaración también reitera las críticas a los países más desarrollados, ya expresadas en un comunicado firmado por Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela este martes, en la cumbre de líderes de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), celebrada también en Belém.
En ese sentido, la llamada Cumbre Amazónica ampliada manifiesta su “preocupación por el incumplimiento por parte de los países desarrollados de sus compromisos de proporcionar una ayuda oficial al desarrollo”.
Precisa que se refiere al acuerdo para “proporcionar US$ 100,000 millones en financiación climática al año en recursos nuevos y adicionales a los países en desarrollo” para financiar la preservación de los ecosistemas más sensibles del planeta.
Asimismo, amplía esa “preocupación” al “incumplimiento por parte de algunos países desarrollados de sus objetivos de mitigación”, y enfatiza que las naciones más ricas también deben “acelerar la descarbonización de sus economías” para alcanzar una “neutralidad” de emisiones contaminantes “sin demora” y “antes de 2050″.
En ese contexto, el documento sostiene que “la cooperación internacional es la forma más eficaz” para contener la degradación de los bosques tropicales y fortalecer el combate a la crisis climática.
En otro mensaje crítico a los países más desarrollados, el texto “condena” medidas “adoptadas para combatir el cambio climático y proteger el medioambiente, incluidas las unilaterales, que constituyen un medio de discriminación arbitraria o injustificable o una restricción encubierta al comercio internacional”.
Incide además en que “el acceso preferente de los productos forestales a los mercados” de las naciones más ricas “será una herramienta importante para el desarrollo económico de los países en desarrollo” y también contribuirá a contener la crisis climática.
La declaración también invita a otras naciones en desarrollo con bosques tropicales a sumarse al diálogo iniciado en Belém a fin de consensuar posiciones comunes en los foros internacionales, entre los cuales citan la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), que se celebrará este año en Dubái.
Fuente: EFE