Las personas vacunadas con dos dosis de la vacuna Jansenn de Johnson & Johnson (J&J) pueden estar protegidas en un 85% de necesitar hospitalización tras contraer COVID-19 con la variante ómicron, según un estudio realizado en Sudáfrica.
La investigación se realizó sobre una muestra de 69,092 trabajadores sanitarios a los que se les administró una inyección de refuerzo de J&J (la misma fórmula que ya habían recibido para su primera dosis) entre el 15 de noviembre y el 20 de diciembre.
En esas fechas, Sudáfrica atravesaba su cuarta gran ola de contagios de COVID-19, impulsada por la variante ómicron.
Los investigadores observaron, en concreto, que la eficacia frente a la hospitalización se situaba en el 63% poco después de la segunda inoculación y que la protección “crecía con el tiempo”, hasta situarse en el 84% al cabo de dos semanas y en el 85% a partir de un mes desde el refuerzo.
El estudio, que cuenta con la reputada investigadora Linda-Gail Bekker entre sus principales firmas, ha sido hasta el momento publicado como preimpresión y debe ser sometido a la revisión de pares de la comunidad científica.
Sudáfrica comenzó a ofrecer dosis de refuerzo a su población general la semana pasada, pero antes de entrar en vigor esta medida ya las había comenzado a aplicar a sus trabajadores sanitarios dentro de un programa especial denominado “Sisonke”.
Las fórmulas utilizadas para la vacunación antiCOVID en este país, que fue el primero en dar la alerta sobre la detección de ómicron a finales de noviembre pasado, son las de Pfizer y Johnson.
Con unos 3.4 millones de casos acumulados y casi 91,000 muertes, Sudáfrica es el epicentro de la pandemia de COVID-19 en el continente africano.
La tasa de vacunación, sin embargo, es aún baja, ya que solo alrededor del 27% de la población tiene la pauta completa.
La actual ola de contagios impulsada por ómicron, aunque está provocando un mayor número de contagios que otras variantes, está dejando una proporción notablemente inferior de muertes y hospitalizaciones.