El progreso en el aprendizaje de los niños se ralentizó durante la pandemia incluso después de que se levantaron las estrictas restricciones, y los déficits persistieron hasta mediados del año pasado, según un estudio que plantea dudas sobre el impacto duradero del COVID en toda una generación.
Los niños perdieron alrededor de un tercio del aprendizaje de un año escolar normal desde que inició la pandemia de COVID-19, dijeron científicos en un amplio análisis internacional publicado el lunes en la revista científica Nature Human Behaviour. El déficit fue mayor en matemáticas y perjudicó más a los jóvenes de entornos desfavorecidos.
La pandemia desencadenó uno de los mayores trastornos de aprendizaje de la historia, dijeron los científicos, quienes citaron el impacto de la Segunda Guerra Mundial, así como la agitación más reciente, para concluir que los déficits de aprendizaje tienden a perdurar.
El cierre de escuelas fue el principal culpable, pero no el único, dijeron, señalando el efecto de las restricciones pandémicas en la capacidad de los niños para jugar, conocer a otros y participar en actividades extracurriculares.
Los estudiantes continuaron mostrando un retraso en el progreso de aprendizaje esperado hasta bien entrado el año pasado, junto con una pérdida de habilidades y conocimientos que empañaron su futuro.
“La educación es uno de los factores clave, si no el principal, en la transición de los niños de la escuela al trabajo, su éxito en el mercado laboral, su éxito en la construcción de su propio sustento”, dijo Bastian Betthäuser, profesor asistente de sociología en Sciences Po en Francia, y uno de los autores del estudio. “Esto podría ser un problema real para esta generación”.
La investigación fue un metanálisis, lo que significa que los científicos revisaron más de 40 estudios en 15 países de ingresos altos y medios, incluidos Australia, Brasil, Alemania, Sudáfrica, el Reino Unido y Estados Unidos. Debido a la falta de datos, no pudieron evaluar el impacto en los países de bajos ingresos.
El análisis no mostró evidencia de variación en los déficits de aprendizaje entre los grados, y no está claro si hubo diferencias entre los estudiantes de primaria y secundaria, según los científicos.