China reconoció el viernes que el número de muertes por coronavirus en la ciudad de Wuhan, antiguo epicentro de la pandemia, fue casi un 50% más alto de lo que se informó, lo que subraya la gravedad de las cifras oficiales de infecciones y muertes en todo el mundo, que pueden estar subestimando las verdaderas dimensiones de la catástrofe de salud.
Esas cifras pueden influir enormemente en la actuación de los gobiernos, mientras el personal médico se esfuerza por averiguar cómo hacer frente a las oleadas de personas enfermas y los funcionarios toman decisiones cruciales sobre dónde dedicar los recursos y cómo empezar a suavizar los encierros para resucitar sus economías.
En todo el mundo, la pandemia ha infectado a más de 2.1 millones de personas y ha matado a más de 145,000, según un recuento de la Universidad Johns Hopkins basado en cifras proporcionadas por las autoridades gubernamentales de salud de todo el mundo. El número de muertos en Estados Unidos superó los 33,000, con más de 670,000 infecciones confirmadas.
China elevó su número total de muertes a más de 4,600 después de que Wuhan, donde el brote se apoderó por primera vez, agregó casi 1,300 muertes. Ha habido muchas preguntas sobre la precisión de los informes de casos de China y los críticos dicen que los funcionarios trataron de minimizar el brote que comenzó en diciembre.
La ciudad de Wuhan, en el centro de China, elevó su cifra de fallecidos por Covid-19, la enfermedad causada por el coronavirus, en 1,290 personas. Medios estatales dijeron el viernes que los errores en el conteo se debieron a la insuficiente capacidad de admisión de pacientes en las sobrepasadas instalaciones médicas en el punto álgido del brote.
El total de decesos revisado en Wuhan es de 3,869 personas, el más alto en China. El número total de casos en la ciudad de 11 millones de habitantes se incrementó en 325, hasta 50,333 o alrededor de dos terceras partes de los 82,367 contagios reportados por Beijing.
La agencia noticiosa oficial Xinhua citó a un funcionario no identificado de la oficina de prevención y control de epidemias en Wuhan, que dijo que, en las primeras fases del brote, “debido a insuficiencias la capacidad de ingresos y tratamiento, algunas instituciones médicas no lograron contactar con el sistema de prevención y control de enfermedades a tiempo, mientras los hospitales estaban desbordados y los médicos sobrepasados con los pacientes”.
“Como resultado, hubo informes tardíos, perdidos y erróneos”, dijo el funcionario según el reporte.
Las nuevas cifras se recopilaron a través de una comparación de datos del sistema de big data de control y prevención de epidemias en Wuhan, el sistema de servicios funerarios de la ciudad, el sistema de información de la autoridad hospitalaria municipal y el sistema de pruebas de ácido nucleico para “retirar los casos contabilizados dos veces e incluir los ignorados”, apuntó el funcionario, según Xinhua.
Se sumaron nuevas muertes porque las que no se habían producido en hospitales no estaban registradas en el sistema de información de control de enfermedades, y algunas instituciones médicas no habían comunicado casos o lo hicieron tarde, agregó.
Durante mucho tiempo, las dudas planearon sobre la veracidad del reporte de casos en China, especialmente en Wuhan, que estuvo varios días de enero sin confirmar contagios ni muertos. Esto derivó en acusaciones de que las autoridades chinas buscaban minimizar el impacto del brote y desperdiciar oportunidades para controlarlo antes.