El Gobierno de Chile prometió adoptar un enfoque pragmático para abrir nuevas áreas para la minería de litio, mientras busca atraer inversiones bajo su modelo de participación público-privada.
Las autoridades comprenden que “las cifras deben tener sentido” para el sector privado, y el Gobierno está adoptando un enfoque flexible para definir lo que constituye “estratégico”, dijo el jueves el ministro de Economía, Nicolás Grau, en una llamada con cientos de representantes de la industria del litio de 30 países.
Los trabajos para identificar nuevas áreas de extracción presentan un importante avance en medio de los esfuerzos de posibles postores por acceder a las mayores reservas mundiales del metal, que es un componente clave para las baterías de vehículos eléctricos.
En virtud del nuevo modelo público-privado del presidente Gabriel Boric, el Estado tendrá una participación mayoritaria en las operaciones consideradas importantes desde el punto de vista estratégico, al tiempo que permitirá a las empresas privadas mantener el control de los proyectos en áreas no estratégicas.
El Gobierno será flexible en cuanto a definir esas categorías, dijo Grau, que reconoció que algunos salares son demasiado pequeños para que el Estado tenga un papel importante.
“Nuestra estrategia es flexible, de modo de poder atraer al sector privado a que participe”, señaló.
Sus comentarios podrían aliviar las persistentes inquietudes en torno a que el nuevo enfoque pueda ser una cuasi nacionalización.
El Gobierno tiene tres categorías de contratos. En el Salar de Atacama, el único salar que se explota actualmente, la gigante cuprífera estatal Codelco está negociando un nuevo acuerdo con SQM. Por otra parte, Codelco y otra empresa estatal, Enami, recibirán contratos en cerca de cinco salares, para los cuales deberán encontrar socios privados. Luego, otros grupos de salares más pequeños se abrirán a licitación al sector privado a mediados de 2024.
Cerca de identificar nuevas áreas
El Gobierno está “cerca” de especificar qué salares serán protegidos y cuáles estarán disponibles para su explotación, afirmó Grau. Las autoridades restringirán la exploración y producción de litio en el 30% de la superficie de los salares ubicados en el desierto del norte del país. Eso todavía dejará más de 10 de ellos abiertos para su desarrollo bajo nuevos contratos, dijo en la llamada.
El ministro ve una “alta” probabilidad de que Chile emita al menos un nuevo contrato en los próximos 12 meses, y el Gobierno espera tener cinco nuevos proyectos en marcha para 2025.
El Gobierno apunta a aumentar su producción después de que la participación de Chile en el mercado global disminuyera, mientras migra a métodos de extracción más sostenibles.
También pretende fomentar las inversiones con valor agregado. Las empresas capaces de añadir valor tendrán una ventaja con el nuevo modelo, afirmó el ministro. Los nuevos contratos también ofrecerán algo similar al actual requisito de entregar un 25% de la producción para uso local a precios preferenciales, indicó.
Convocatoria masiva
Más de 400 personas de unos 30 países se unieron a la llamada del jueves en medio de los esfuerzos de las empresas por negociar acuerdos de litio en el país con las mayores reservas mundiales del metal, que es un componente clave para las baterías de vehículos eléctricos.
Para satisfacer la demanda, las autoridades han logrado un importante avance en los trabajos para identificar nuevas áreas de extracción y están compilando bases de licitación para contratos destinados a explorarlas y posiblemente explotarlas bajo un modelo público-privado. El mes pasado se celebró una gira en Alemania y Francia y está prevista otra en Corea, Japón y China.
Hasta ahora, la producción chilena de litio se ha limitado a dos empresas que explotan un solo salar, y la participación del país en el mercado mundial ha disminuido en los últimos años. La solución del presidente Gabriel Boric es un modelo en el que el Estado asumirá una participación de control en las operaciones consideradas importantes desde el punto de vista estratégico, al tiempo que permitirá a las empresas privadas mantener el control de los proyectos en áreas no estratégicas.