El Banco Central Europeo (BCE) reducirá el ritmo de su programa de compra de bonos de emergencia, un reconocimiento de que la recuperación de la eurozona es lo suficientemente fuerte como para sostenerse con menos apoyo.
El Consejo de Gobierno decidió realizar compras a un “ritmo moderadamente inferior” al de los aproximadamente 80,000 millones de euros (US$ 95,000 millones) de adquisiciones mensuales desplegadas en los dos últimos trimestres, según un comunicado del jueves.
Los funcionarios también reiteraron su compromiso de mantener el programa de 1.85 billones de euros hasta marzo del 2022 o más si es necesario, lo que indica que aún no están preparados para discutir cómo y cuándo poner fin al estímulo de emergencia. Su postura difiere de la de la Reserva Federal, cuyos responsables políticos se están preparando para iniciar una reducción de las compras de activos a fines de este año.
La presidenta Christine Lagarde ofrecerá una rueda de prensa virtual a las 2:30 p.m., hora de Fráncfort, para explicar la decisión del BCE, en la que su desafío será convencer a los inversionistas de que la desaceleración de las compras no es el primer paso hacia una política monetaria más estricta. También presentará proyecciones económicas actualizadas, que se espera que muestren una mejora de las perspectivas de crecimiento e inflación.
Con las interrupciones de la cadena de suministro y el resurgimiento de los contagios por virus que amenazan con socavar la recuperación y las presiones de los precios a medio plazo que probablemente se mantengan muy por debajo del objetivo del 2%, los funcionarios han insistido en las últimas semanas en que la economía de la eurozona se encuentra en un estado diferente al de Estados Unidos y sigue dependiendo del apoyo del BCE.
Sin embargo, algunos gobernadores han empezado a advertir públicamente que mantener una postura ultraacomodaticia durante demasiado tiempo también conlleva riesgos. El austriaco Robert Holzmann y el holandés Klaas Knot declararon a Bloomberg en entrevistas separadas la semana pasada que las compras de activos de emergencia deberían terminar en marzo, insinuando un acalorado debate sobre la trayectoria de la política en los próximos meses.
La principal guía del BCE serán las condiciones de financiación en el bloque de 19 países. Los rendimientos de la deuda pública y el euro cayeron durante los meses de verano, antes de repuntar recientemente en anticipación del anuncio del jueves.
Los responsables políticos también tomaron las siguientes decisiones:
La tasa de depósito se mantiene en -0.5%.
Las tasas de interés no subirán hasta que las proyecciones muestren que la inflación se mantiene en 2% y que las presiones de precios subyacentes son coherentes con ese objetivo.
Un programa de compra de activos más antiguo continúa en 20,000 millones de euros al mes.
Los préstamos a largo plazo a los bancos seguirán respaldando el otorgamiento de créditos.