Los tipos de interés seguirán siendo la principal herramienta del Banco Central Europeo (BCE) para luchar contra la alta inflación, pero llevará algún tiempo que se note el efecto de su subida en la economía europea, dijo hoy la presidenta de la institución, Christine Lagarde.
“Los tipos de interés más altos reducirán las presiones de la demanda haciendo más caro tomar prestado dinero e influenciando cuánto gastan, ahorran, toman prestado e invierten personas y empresas. Esto pondrá a su vez presión a la baja en los precios”, defendió Lagarde ante los eurodiputados de la comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo.
Sin embargo, advirtió a renglón seguido, “los ajustes tardarán algún tiempo en sentirse en la economía”.
Lagarde recordó que desde julio el BCE ha subido los tipos de interés en la eurozona en 200 puntos básicos, “el incremento más rápido de la historia del euro” y recalibrado sus operaciones de financiación a largo plazo para reforzar la transmisión de las subidas a las condiciones de préstamo de los bancos y “contribuir a la normalización de los balances” de los bancos del Eurosistema.
En diciembre, anunció, el BCE presentará los “principios clave” para reducir los bonos en la cartera de su programa de compra de activos. “Es apropiado que el balance se normalice con el tiempo de modo mesurado y predecible”, dijo.
“Esperamos seguir subiendo más los tipos a los niveles necesarios para asegurar que la inflación vuelve a nuestro objetivo a medio plazo del 2% en tiempo adecuado”, reiteró Lagarde, quien añadió que las decisiones dependerán de los datos que se vayan conociendo y se tomarán reunión a reunión.
La magnitud y velocidad de los aumentos, dijo, se basará en las previsiones actualizadas del BCE, a persistencia de los shocks, la reacción de los salarios y expectativas de inflación, y la evaluación de cómo se está transmitiendo su política monetaria.
En cuanto a los salarios, Lagarde señaló que los datos que van llegando “sugieren que los salarios están aumentando” y dijo que la institución “seguirá evaluando sus implicaciones para la perspectiva de inflación a medio plazo”, ya que -según subrayó- una espiral de precios al alza podría ser “contraproducente” para la economía.
Otro punto que vigila el BCE, según su presidenta, es la divergencia “récord” en las tasas de inflación entre los Estados miembros de la eurozona, una situación que esperan “se normalice conforme el impacto de estos shocks se disipa con el tiempo”.
Además, la brecha entre la tasa efectiva de inflación experimentada por los grupos con menores y mayores ingresos “está de lejos a su nivel más alto registrado en la eurozona”, dijo Lagarde, añadiendo que el BCE está haciendo investigaciones para saber lo duro que es el impacto en el sector de población de menores ingresos.
La presidenta del BCE señaló, como ya ha hecho en otras ocasiones, que la política presupuestaria de los gbiernos también tiene que jugar un papel frente a esta situación económica y pidió que las medidas de apoyo que se adopten sean selectivas, a medida y temporales.
“La política fiscal tiene que ser considerada y no sumarse las presiones inflacionistas”, dijo.
Fuente: EFE