La actividad económica de Latinoamérica podría crecer un 3.7% en el 2021 a medida que los países flexibilicen las restricciones impuestas para controlar la pandemia de coronavirus, pero “el repunte será muy débil” y en un escenario negativo podría ser incluso menor a 2%, dijo el Banco Mundial (BM).
El crecimiento regional será inferior a 4% previsto a nivel global, principalmente porque América Latina ha sido una de las regiones más golpeadas por el brote de COVID-19, tanto en lo sanitario como en lo económico, de acuerdo con la edición de enero del informe Perspectivas Económicas Mundiales publicado por la organización financiera internacional.
El mejor escenario para América Latina se daría si se flexibilizan las restricciones, se estabilizan los precios de los productos básicos y mejoran las condiciones externas, consideró el BM en su informe.
Pero la entidad con sede en Washington advirtió que “en un escenario negativo en el que se retrase la distribución de vacunas, con efectos económicos secundarios, el crecimiento podría ser aún menor, de 1.9%”.
El repunte tendrá lugar después de un año en el que la economía regional cayó a niveles récord, con una contracción de 6.9% que el BM atribuyó principalmente al temor del público y las empresas y a las medidas que, para controlar la pandemia, limitaron la actividad en el sector formal.
A nivel mundial, la economía se contrajo 4.3% en el 2020 y las previsiones de crecimiento para este año se basan en el supuesto de que la distribución inicial de las vacunas contra el COVID-19 se amplíe.
En un escenario negativo, el crecimiento económico global podría limitarse a 1.6% en el 2021.
Las prioridades, según el BM, son que en el corto plazo los gobiernos controlen la propagación del virus y faciliten nuevas inversiones para que el crecimiento dependa menos de la deuda pública.
“Los encargados de la formulación de políticas se enfrentan a desafíos enormes”, expresó David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial. Para contrarrestar los efectos de la pandemia, dijo, “es necesario dar un gran impulso a la mejora del entorno empresarial, aumentar la flexibilidad del mercado laboral y de productos, y reforzar la transparencia de la gobernanza”.
El informe aclara que las perspectivas a corto plazo siguen siendo inciertas y que los resultados de crecimiento posiblemente cambien.
En América Latina, durante los primeros tres trimestres del 2020 el volumen de bienes exportados retrocedió un 8% interanual y el sector del turismo se mantuvo paralizado. Las mujeres y los jóvenes, que son los que más trabajan en la industria hotelera, de restaurantes y en servicios personales, fueron los más afectados por la pérdida de empleo, junto con los hogares de bajos ingresos, indicó el BM.
Los países más afectados fueron los del Caribe, cuya economía se sustenta sobre todo por el turismo. Belice, por ejemplo, tuvo una contracción económica de 20.3%.
En Latinoamérica, la economía peruana fue la más golpeada, con una caída de 12% seguida por el derrumbe de 10.6% en la actividad de Argentina; 10% en República Dominicana, y 9% en México.
Para este año, el BM prevé que el mayor crecimiento lo tendrá Perú, con 7.6%, seguido por Panamá, con 5.1%. Las economías de Argentina y Colombia registrarían un ascenso de 4.9% en la actividad, seguidas por República Dominicana, con 4.8%, y El Salvador, con 4.6%.
México crecería 3.7% en el 2021 y 2.6% en el 2022, mientras que Brasil, que tuvo un retroceso económico de 4.5% en el 2020, volvería a reactivarse a un ritmo de 3% en este año y de 2.5% el año próximo, según el BM.
El panorama, sin embargo, presenta riesgos y la actividad podría disminuir por la imposibilidad de contener la pandemia, problemas relacionados con la deuda y el financiamiento externo, las tensiones sociales y daños económicos relacionados por la pandemia que no fueron previstos, alertó el BM.
“El deterioro de la confianza de los inversionistas es un grave riesgo para las perspectivas económicas”, indicó el informe, tras destacar que la capacidad crediticia se ha reducido en toda la región.