Jefes de gobierno de diferentes lugares del mundo se preparaban el miércoles para respaldar sus firmes declaraciones sobre la agresión rusa contra Ucrania y anunciar sanciones financieras, comerciales y de viajes, así como otras medidas que pretendían presionar a Moscú para que dejara de avanzar hacia una guerra.
Sin embargo, al tiempo que preparaban sus medidas, varios países en Asia y Oceanía se preparaban para la posibilidad de reveses económicos en forma de recortes energéticos o problemas en el suministro de grano, así como para represalias en forma de ciberataques rusos.
“No podemos tener la idea de que Rusia tiene una causa justa aquí. Se comportan como rufianes y abusones y deben ser señalados como rufianes y abusones”, afirmó el primer ministro de Australia, Scott Morrison, al anunciar sanciones financieras dirigidas y vetos de viajes como primer paso en respuesta a la agresión rusa contra Ucrania.
La posibilidad de una guerra inminente en Ucrania ha planteado el temor no sólo a muchas bajas, sino a un amplio desabastecimiento de energía y caos económico global.
Las acciones punitivas en Asia llegaron tras las sanciones anunciadas por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y varios mandatarios europeos contra oligarcas y bancos rusos en respuesta a la acumulación de unos 150,000 soldados rusos en tres lados de Ucrania. Aunque aún no se ha desplazado un gran contingente, fuerzas rusas han entrado en zonas bajo control rebelde del este de Ucrania después de que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, reconociera la independencia de esas regiones.
En Japón, el primer ministro, Fumio Kishida, anunció sanciones contra Rusia y las dos regiones separatistas ucranianas.
Kishida dijo a la prensa que Tokio vetaría cualquier nueva emisión y distribución de bonos del gobierno ruso en Japón por “una serie de acciones que ha emprendido Rusia en Ucrania”.
Japón dejará de emitir visas para personas conectadas con las dos regiones rebeldes ucranianas y congelará sus activos en Japón. Tokio también vetara el comercio con las dos zonas. Si la situación empeora, señaló Kishida, Japón podría aumentar sus sanciones.
El gobierno también trabajaba en la evacuación de unos 120 ciudadanos japoneses en Ucrania.
Las autoridades en Corea del Sur, que depende de las importaciones para casi todas sus necesidades de combustibles fósiles, celebraron reuniones urgentes el miércoles para valorar hasta qué punto podían afectar los sucesos en Ucrania a la economía surcoreana.
Aunque Corea del Sur es muy dependiente de las importaciones de trigo y maíz procedentes de Rusia y Ucrania, el primer viceministro de Finanzas, Lee Eog-weon, dijo que el país tiene reservas suficientes hasta junio o julio.
El Ministerio de Comercio, Industria y Energía también abordó formas de conseguir suministros alternativos de energía en caso de que la crisis afecte a sus importaciones acostumbradas.
Las autoridades de Estados Unidos han dicho que la invasión es casi inevitable. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, canceló sus planes de reunirse el jueves en Ginebra con su homólogo ruso, señalando que no sería productivo y que las acciones de Rusia indican que Moscú no busca seriamente una salida pacífica a la crisis.
Más de dos docenas de miembros de la Unión Europea acordaron su propia ronda inicial de sanciones contra funcionarios rusos. Alemania también dijo que detendría el proceso de certificación del gasoducto Nord Stream 2, que de ponerse en marcha llevaría gas desde Rusia. Se trata de un lucrativo proyecto impulsado desde hace tiempo por Moscú, criticado por Estados Unidos porque aumenta la dependencia europea de la energía rusa.
Estados Unidos maniobró para aislar al gobierno ruso de las finanzas occidentales, al sancionar dos bancos y vetar sus operaciones de deuda en mercados europeos y estadounidenses.
El gobierno de Biden sancionó a líderes civiles de la jerarquía rusa y a dos bancos considerados especialmente afines al Kremlin y el Ejército ruso, con más de US$ 80,000 millones en activos. Eso incluye congelar todos los activos del banco bajo jurisdicción estadounidense.
El gobierno australiano aprobó el miércoles sanciones y vetos de viaje contra ocho miembros del Consejo ruso de Seguridad y acordó alinearse con Estados Unidos y Gran Bretaña para aislar a dos bancos rusos.
Australia también advirtió a las empresas que se preparasen para represalias en forma de ciberataques rusos.
Hubo una voz discrepante en la tendencia en Asia a respaldar las sanciones al estilo de Estados Unidos: Beijing se opone a nuevas sanciones unilaterales impuestas sobre Rusia, afirmó Hua Chunying, portavoz del Ministerio chino de Exteriores.
“Sobre la cuestión de Ucrania, a diferencia de Estados Unidos, que sigue enviando armas a Ucrania, creando miedo y pánico y jugando incluso con la amenaza de una guerra, China ha estado pidiendo a todas las partes que respeten y presten atención a las preocupaciones legítimas de seguridad de los demás, que trabajan juntas para solucionar los problemas a través de negociaciones y consultas, y que mantengan la paz y la estabilidad regionales”, señaló Hua en su conferencia de prensa diaria.
Hua no hizo alusión al gran despliegue militar ruso en la frontera de Ucrania ni a los esfuerzos de Estados Unidos, Francia y otros por iniciar una negociación diplomática con Rusia.