El gobierno de Australia desplegará más de mil soldados en el estado de Victoria, el segundo más poblado del país oceánico, para ayudar a contener el reciente rebrote del COVID-19, anunció la ministra de Defensa, Linda Reynolds.
El gobierno de Victoria, cuya capital es Melbourne, pidió el miércoles por la noche la ayuda militar tras haber registrado desde hace más de una semana entre 13 y 25 casos diarios del nuevo coronavirus, principalmente por contagios locales, además de anunciar ese mismo día el primer fallecimiento por COVID-19 en más de un mes en Australia.
Alrededor de 850 soldados vigilarán los hoteles, en donde los viajeros que entran a Australia deben permanecer en cuarentena obligatoria de 14 días, mientras otros doscientos brindarán apoyo logístico y médico en las iniciativas para realizar pruebas de detección del COVID-19, según un comunicado de Reynolds.
En una entrevista con el Canal 9, la ministra precisó que este jueves comienzan a movilizarse los soldados y se prevé que el despliegue se realice a partir del viernes en Melbourne, ciudad que tiene seis focos de virus localizados en barrios de inmigrantes.
“La pandemia del COVID-19 requiere una respuesta proactiva nacional y la Defensa está bien posicionada para brindar ayuda escalonada a los estados y territorios”, precisó la ministra.
Ante esta crisis provocada por transmisiones locales, las autoridades de Victoria intentan realizar una mayor cantidad de pruebas de detección, así como rastrear los casos del COVID-19 entre las comunidades de inmigrantes, en donde se cree se ha producido una gran parte de los contagios.
Durante el rebrote una treintena de guardias de seguridad que vigilan diversos hoteles de la ciudad de Melbourne contrajeron el coronavirus y lo contagiaron a sus familias.
El ministro de Salud, Greg Hunt, dijo que "claramente la estructura de cuarentena en los hoteles de Victoria puede mejorar".
La pandemia se ha cobrado en Australia, uno de los países que ha logrado controlar la pandemia con medidas moderadas de confinamiento, 104 vidas y ha infectado a 7,500 personas, una gran parte de ellas en Nueva Gales del Sur, el más poblado y cuya capital es Sídney.
La semana pasada, en el vecino país de Nueva Zelanda, el gobierno encargó a los militares la vigilancia de sus fronteras y centros de cuarentena, después de detectar nuevos infectados a raíz de errores en el control a dos personas procedentes del extranjero e infectadas con el coronavirus.