Locales de los ministerios de Justicia y Finanzas alemanes, en Berlín, fueron allanados este jueves en el marco de una investigación por no haber entregado a la justicia elementos sobre un presunto lavado de dinero, anunció la Fiscalía.
“Agentes de la policía judicial y de la Fiscalía (...) registraron hoy (jueves) las oficinas del ministerio de Finanzas y del ministerio de Justicia”, indicó en un comunicado la Fiscalía de Osnabrück (oeste).
Estos operativos tienen lugar en el contexto de una investigación sobre “sospechas de blanqueo de capitales por montos de millones de euros”, en operaciones que “no fueron transmitidas a la policía ni a los tribunales” competentes.
Está en el ojo del huracán la Oficina central de investigación de transacciones financieras (UIF), con sede en Colonia (oeste), que se ocupa de combatir el blanqueo de capitales y está controlada por el ministerio de Finanzas, encabezado por el ministro y vicecanciller Olaf Scholz, líder de los socialdemócratas para las elecciones legislativas del 26 de septiembre
El punto de partida de esta investigación, en el 2020, fue la “declaración de actividades sospechosas por parte de un banco (...) respecto a pagos con destino a África por un monto superior al millón de euros (casi US$ 1.2 millones)”.
Este informe, que fue recibido por la UIF “no fue transmitido a las autoridades judiciales”, lo que impidió “cesar estos pagos”, de acuerdo a la Fiscalía.
Esta transacción “tenía como telón de fondo el tráfico de armas y drogas, así como la financiación del terrorismo”, señaló el banco en su informe.
La justicia desea “verificar, de ser necesario, en qué medida la dirección y los responsables de los ministerios (...) estuvieron involucrados en las decisiones de la UIF”.
En un comunicado, el ministerio de Finanzas indicó que “apoya por completo a las autoridades”, y afirma que estas sospechas “no están en particular dirigidas contra (sus) agentes”.
Estos allanamientos tienen lugar en momentos en que Olaf Scholz, número dos del gobierno, encabeza los sondeos para las elecciones que designarán al sucesor de Angela Merkel al frente de la cancillería.
El año pasado, las carencias del sistema de regulación financiera alemán, colocado bajo la dirección de su ministerio, habían sido señaladas en el caso Wirecard.
Esta empresa de pagos online admitió en junio del 2020 que no existía un monto 1,900 millones de euros registrado en sus cuentas, lo que provocó uno de los mayores escándalos financieros de la historia reciente de este país.