El adelanto de elecciones aún no se define, dilatando así un escenario que deja en el limbo las decisiones de las firmas respecto a su inversión.
Cabe indicar que expertos electorales señalaron a Gestión (19/02/2023) que, al no aprobarse la propuesta de adelanto de elecciones hasta el viernes pasado, los plazos y tiempos no alcanzarían para que se realicen este año, en caso se retome el debate a partir de marzo. Sin embargo, todavía hay luces sobre si se organizarán comicios en el corto plazo o si las próximas elecciones serían finalmente en el 2026.
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Según Elmer Cuba, economista y director de Macroconsult, las empresas deben tener la certeza de si se dará o no el adelanto de elecciones, pues, de lo contrario, no pueden desplegar sus planes de inversión.
Y las empresas que estarían más cautas en este tipo de planes, para el economista, serían las más expuestas a la demanda interna, por ejemplo vinculadas a la industria.
“Mejor es saber a no saber. Esto (no saber si habrán elecciones) juega en contra del planeamiento del sector privado y es dañino para la inversión y crecimiento. Las firmas, salvo que se traten de proyectos muy rentables, van a esperar hasta saber qué se viene. La inversión sería entonces más de mantenimiento de equipos”, apuntó.
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El exministro de Economía y Finanzas, Luis Miguel Castilla, coincidió y señaló que las empresas no pueden dar pie a sus planes de financiamiento si no se tiene certeza de si habrá pronto un escenario electoral.
Destacó que el Perú, bajo la actual coyuntura, no es atractivo para inversionistas extranjeros que quieran participar en figuras como las Asociaciones Público-Privadas (APP), o también en fusiones y adquisiciones.
“Esto afecta a los nuevos proyectos o contratos de largo plazo. Es mejor saber ya, que seguir en este limbo. Lo peor que puede seguir pasando para nuestra economía es la falta de definición (de las elecciones), pues no se puede planear con horizontes mínimos de seis meses o un año. Muchos proyectos tienen que financiarse en los mercados de capitales y se necesita tener idea de los flujos de ingresos futuros para repagar los préstamos. El fondeo se ve perjudicado, en un marco también de tasas altas“, apuntó.
Castilla mencionó parte del riesgo de no definir la elección es que se puede caer en populismo, lo que impacta también a las decisiones de las firmas.
“Se comienza, desde el Congreso, a dar rienda suelta al populismo con proyectos antitécnicos como potenciales retiros de AFP o la derogatoria del régimen laboral para la exportación, entre otros. Este populismo podría percibirse como un incremento en el riesgo regulatorio, y cuando esto se da, es un canal más para afectar las decisiones de inversión”, apuntó.
¿Adelantarlas o que sean en el 2026?
Según Cuba, para las firmas y sus decisiones de inversión lo mejor recibido sería que las elecciones se adelanten y que sean en el 2024 (que toma como el escenario más cercano).
Explicó que, de aplazarse hasta el 2026, se continuaría con un gobierno que no tiene bancada, legitimidad, y, por lo tanto, siempre propenso a que se caiga en escenarios de fuerte volatilidad política, que podrían terminar incluso en vacancia.
“De no adelantarse (las elecciones) el gobierno estará débil todo el tiempo. Se podría comprometer no solo la inversión, y crecimiento, no solo el 2023, sino el 2024 y 2025. En el Perú no puede haber un presidente sin bancada, hasta podrían vacarla (a Dina Boluarte)″, apuntó.
Asimismo, indicó que los partidos de izquierda radical tendrían más tiempo para “ganar terreno” con una elección hasta ese entonces.
“Al país le conviene definir (elecciones) antes, porque se está ante un gobierno débil, desprestigiado y con marchas. Continuar con ello no es bueno para el crecimiento e inversión. Si se adelanta es muy probable que gane un canditato de centro o más promercado, porque la izquierda está muy desprestigiada luego de Castillo. Si se realizan en el 2026, se da espacio para que aquellos que quieren cambiar el modelo (económico) se reordenen y sean más competitivos”, apuntó.
Castilla señaló que, de no definirse el adelanto de elecciones, se tendrá el riesgo latente de caer en nuevas olas de convulsión social como las que se vivieron en los últimos dos meses.
“Hoy hay un cansancio y se ha ido controlando (la convulsión social). Sin embargo, nada garantiza que nuevamente se gatillen las protestas, pues no se eliminado las fuentes de convulsión, sea por móviles políticos o factores estructurales”, indicó.
Castilla agregó que posiblemente una de las preocupaciones, de darse las elecciones, sea que maneje nuevamente la posibilidad de un cambio de presidente del Banco Central de Reserva (BCR).
“En el caso del BCR, que es importante de la estabilidad macroeconómica, está sujeto (la designación de su directorio) a un nuevo gobierno. Eso puede generar cierto tipo de temor o incertidumbre”, indicó.
Dato
- La inversión privada tendría un crecimiento entre 0% y -5%, según proyecta Videnza Consultores.