La vida está volviendo a la normalidad en Ecuador después de que manifestantes acordaran poner fin a una ola de violentas protestas que habían paralizado gran parte del país. Sin embargo, no espere que los bonos de la nación regresen a su nivel anterior en el corto plazo.
Incluso después de que el presidente Guillermo Lasso sobreviviera a un intento de destitución la semana pasada, los inversionistas siguen preocupados de que el exbanquero no dure hasta que termine su mandato en el 2025, lo que desencadenaría otra crisis de deuda. Sus nervios son comprensibles. Ecuador ha caído en default 11 veces en menos de 200 años de independencia, la última fue hace apenas dos años.
Si bien los bonos soberanos de la nación redujeron algunas pérdidas la semana pasada después de que el Gobierno llegara a un acuerdo con representantes de organizaciones indígenas para poner fin a más de dos semanas de protestas en todo el país por los precios del combustible y el alto costo de vida, los valores siguen muy por debajo de los 64 centavos a los que cotizaban antes de los disturbios. Y es poco probable que vuelvan a alcanzar ese nivel en el corto plazo, según inversionistas y analistas.
“La preocupación es si Lasso terminará su mandato”, dijo Zulfi Ali, administrador sénior de cartera de PGIM Fixed Income centrado en América Latina, en Newark. “Y si no termina su mandato, entonces habrá nuevas elecciones, y nuevas elecciones podrían arrojar un grupo completamente nuevo de candidatos, y no sabemos cuál será su programa”.
Las protestas del mes pasado trajeron recuerdos del descontento social del 2019 que obligó al entonces presidente, Lenín Moreno, a trasladar su Gobierno a la ciudad costera de Guayaquil y allanó el camino para el default del 2020. Su destino no fue nada excepcional para Ecuador. De 1997 al 2006, ningún presidente electo completó su mandato de cuatro años.
“El pasado les pesa mucho” en Ecuador, dijo Alejandro Arreaza, economista de Barclays en Nueva York. “Lo malo es que, si no logran romper con esas percepciones, las crisis se vuelvan una profecía autocumplida”.
El mes pasado, los bonos de Ecuador fueron los de peor desempeño en los mercados emergentes después de los del Líbano, que no ha pagado a sus acreedores en más de dos años, y los de Ucrania, devastada por la guerra, que estaría explorando opciones de reestructuración.
La deuda se desplomó un 21% luego de que las protestas redujeran la producción de petróleo, la principal exportación del exmiembro de la OPEP. Eso se compara con una caída del 6.3% en un índice de Bloomberg de bonos soberanos del mundo en desarrollo.
La inestabilidad política probablemente impedirá que Ecuador consiga todos los beneficios de los altos precios del petróleo mientras el Gobierno aumenta el gasto social, escribieron los analistas Fernando Losada, Omar Zeolla y Thomas Jackson, de Oppenheimer & Co. Inc., en un informe de investigación publicado el 30 de junio.
Para poner fin a las protestas, el Gobierno acordó aumentar los subsidios en más de 10% a US$ 3,400 millones. Como resultado, Ecuador probablemente tendrá que renegociar los objetivos con el Fondo Monetario Internacional antes de un esperado desembolso final este año.
Además de estos cambios en la política económica, será reemplazado el ministro de Economía y Finanzas, Simón Cueva, que gestionó la relación con el FMI y fue detractor de los subsidios a los combustibles. Su sucesor será anunciado más tarde el martes en medio de una reestructuración más amplia del gabinete.
“Lamentablemente el país terminó en el ojo del huracán”, dijo Joe Delvaux, administrador de carteras de deuda en distress de mercados emergentes de Amundi, en Londres. “Esto no hace más que agregar incertidumbre”.