Los operadores y los economistas alinearon sus posiciones sobre la política monetaria de la eurozona, y ambos grupos prevén ahora que el Banco Central Europeo (BCE) pondrá fin en el 2022 a siete años de intereses negativos.
Los mercados monetarios descontaban el viernes alrededor de 50 puntos básicos de alza para diciembre, lo que sugiere que la tasa de depósito se elevará a cero desde el actual -0.5%.
Analistas de Goldman Sachs Group Inc. y Deutsche Bank AG coincidieron en proyectar dos subidas de un cuarto de punto en los próximos meses.
Los economistas habían mantenido previamente una postura más moderada que estaba más cerca de la orientación del propio BCE de mantener las tasas en un mínimo histórico hasta el 2023.
El detonante del cambio en las expectativas fue la conferencia de prensa de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, el jueves, en la que se negó a descartar un aumento este año ante la inflación más rápida desde la creación del euro.
Fue un giro que pone al BCE más en línea con sus pares mundiales de la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra. Este último realizó esta semana un aumento de la tasa de un cuarto de punto que habría sido aún mayor si el gobernador Andrew Bailey no se hubiera opuesto.
El BCE subió las tasas por última vez en el 2011.
“Ahora esperamos una salida del BCE sustancialmente más temprana”, dijeron analistas de Goldman Sachs, entre ellos Jari Stehn, que prevén subidas de tasas en setiembre y diciembre. La reunión del jueves “dio señales de que el Consejo de Gobierno tiene poca tolerancia para ignorar las altas tasas de inflación actuales”.
Este calendario supondría un fin de las compras de bonos incluso antes de lo previsto, dada la intención declarada por el BCE de acabar primero con esa medida de estímulo.
Goldman y Deutsche Bank prevén que las compras de deuda finalizarán en junio. Commerzbank, que tiene la misma previsión de tasas para el 2022, ve el fin de las compras a principios de setiembre.
Los encargados de la política del BCE ven en privado un cambio en la orientación formal que se podría materializar el próximo mes, cuando también volverán a analizar sus compras de bonos.
Según Lagarde, los funcionarios estaban preocupados “en todos los ámbitos” después de que los datos de esta semana mostraran otra lectura récord inesperada de la inflación. Lagarde habló poco después de que el Banco de Inglaterra subiera las tasas de interés en un cuarto de punto, un incremento que habría sido aún mayor si el gobernador Andrew Bailey no se hubiera opuesto.
Madis Muller miembro del Consejo de Gobierno, dijo el viernes que el BCE puede revisar la rapidez con la que termina las compras de bonos y que está dispuesto a ajustar sus planes actuales si es necesario.
Sin embargo, su homólogo francés, François Villeroy de Galhau, advirtió en contra de predecir cuándo se subirán las tasas, y dijo que los funcionarios mantienen su “plena opcionalidad sobre las decisiones” que se tomarán a partir de marzo.
Los analistas de Bloomberg David Powell y Maeva Cousin dijeron que “Bloomberg Economics adelantó seis meses su previsión de subida de tasas de interés, hasta diciembre de 2022″. Agregaron que “el Consejo de Gobierno parece dispuesto a cambiar significativamente su mensaje en la reunión de marzo”.
Aunque varios economistas están modificando sus proyecciones después de los comentarios de Lagarde, algunos siguen considerando que el BCE adoptará un enfoque mucho más gradual. Por ejemplo, Holger Schmieding, de Berenberg, adelantó su proyección del primer aumento de tasas en tres meses, a marzo del 2023.
Los economistas de ABN Amro aún no están convencidos de que incluso ese hecho vaya a producirse. No prevén ningún cambio en las tasas en el horizonte de pronóstico del BCE, que actualmente se extiende hasta fines del 2024.
“Aunque las probabilidades de un aumento de tasas este año han aumentado significativamente, por ahora no cambiaremos nuestra hipótesis de base”, señalan Nick Kounis y Aline Schuiling, ambos ede ABN Amro en Ámsterdam, en un informe dirigido a los clientes. “Nos resulta difícil ver los argumentos para subir las tasas de interés ante un shock de oferta cuando vemos pocas señales de efectos de segunda ronda”.