Por Mark Gilbert
Elon Musk, el tecnorey de Tesla Inc., dice que el fabricante de vehículos eléctricos ahora aceptará bitcoines para pagar sus automóviles. Agregar más de la caprichosa criptomoneda al balance de una de las empresas de más rápido crecimiento del mundo por capitalización de mercado podría ser complejo.
El bitcóin ha duplicado su valor este año, después de haber aumentado más del triple en el 2020 y alcanzar un récord cercano a los US$ 62,000 a principios de este mes. Pero la travesía ha estado lejos de ser un viaje de ida.
Dado que la estimación del precio objetivo de 12 meses de Tesla ya produce una divergencia de casi 800% entre las proyecciones más alcistas y las más bajistas, aumentar la exposición de la compañía a las monedas digitales hará que valorar a la compañía sea aún más difícil para los analistas y los inversionistas.
Hace unas semanas, sugerí que agregar bitcoines a una cartera tradicional que asignó 60% a acciones y 40% a bonos del Gobierno podría ser una forma de defenderse contra una caída de las acciones en un momento en que el lado de la renta fija estaba en riesgo de no proteger los rendimientos.
Observé que era probable que esto aumentara la volatilidad de una cartera de inversiones, pero no había apreciado cuánto.
Joseph Albert, un científico informático jubilado de Oregon que pasó parte de su carrera trabajando en servicios financieros, me escribió señalando que “el bitcóin es tan volátil que incluso una asignación de 5% domina la volatilidad de la cartera”, un argumento que respaldó utilizando el sitio web portfoliovisualizer.com para probar el efecto que tendría incluso una pequeña asignación tanto en los rendimientos como en la volatilidad.
Agregar la criptomoneda ciertamente genera más ganancia. Pero la volatilidad, medida por la desviación estándar de la media, también aumenta, incluso con una asignación de solo 5%. Y eso ocurre ya sea que la asignación se tome a partir de la división de acciones o de bonos. La volatilidad de dos dígitos hace que la cartera modificada sea mucho más riesgosa.
Cada vez más, Wall Street se está viendo obligado a tomar las monedas digitales más en serio, aunque con una buena dosis de escepticismo.
Un informe de Bank of America Corp. concluyó la semana pasada que “no había una buena razón” para poseer bitcoines además de especular sobre un aumento adicional de los precios, y que la moneda virtual es considerada “poco práctica como reserva de riqueza o mecanismo de pago”.
El nuevo método de pago de Tesla fue anunciado por Musk en Twitter, y no está claro cómo Tesla planea lidiar con la volatilidad del bitcóin o cuántos clientes podrían usarlo. A los valores actuales, uno podría comprar un SUV Model X Plaid de lujo por alrededor de dos bitcoines; a comienzos de año, el mismo vehículo habría costado unos cuatro bitcoines en base a su precio en dólares.
Además, Musk dice que Tesla mantendrá los pagos en critpomonedas de los clientes en el ámbito digital, en lugar de convertirlos en dólares, lo que se sumará a los US$ 1,500 millones que invirtió en bitcóin en febrero. Valorar a Tesla siempre ha sido tanto un arte como una ciencia; agregar más bitcoines al balance de la compañía es la pesadilla de los analistas de capital.