El litio, material clave para la fabricación de las baterías de los vehículos eléctricos, multiplicó en varias ocasiones su precio a lo largo de 2022 para posteriormente perder en tan solo tres meses casi un 30% de su valor en el mercado chino, el mayor del mundo para este tipo de automóviles.
El carbonato de litio alcanzó su pico máximo a finales de noviembre de 2022, cuando cada tonelada se situaba en torno a unos 597,500 yuanes (US$ 85,939, 81,389 euros), cifra desde la que cayó hasta los 425,000 yuanes (US$ 61,128, 57,891 euros) el pasado 21 de febrero, según datos de la agencia de estimación de precios de materias primas Fastmarkets.
Sin embargo, los niveles actuales siguen contrastando con los de 2021, que, según datos citados por el rotativo estatal Global Times, fluctuaban por debajo de los 100,000 yuanes (US$ 14,392, 13,602 euros).
La prensa especializada del país asiático apuntaba en noviembre que la rápida subida de los precios se debía a la escasez, a nivel nacional, de carbonato de litio en un mercado dominado por fábricas de menor tamaño que ofrecen cantidades pequeñas de litio a precios altos en un momento de gran competencia por las materias primas entre los fabricantes de baterías.
En 2022, la producción de baterías de iones de litio fue más del doble (+130 %) que el año anterior, alcanzando los 1.2 billones de yuanes (US$ 172,749 millones, 163,187 millones de euros), según datos oficiales divulgados por el Ministerio de Industria y Tecnologías de la Información de China.
La locura por el litio llegó a tal punto que el Gobierno chino envió recientemente un equipo de funcionarios a Yichun (este) ante el “caos minero” que había llevado a multitud de residentes rurales a tratar de extraer lepidolita -mineral que se emplea como fuente secundaria de litio- en una suerte de ‘fiebre del oro’ moderna, provocando daños medioambientales e incluso varios accidentes de tráfico ante la afluencia de camiones que transportaban el material.
Sin subsidios, caen las ventas de eléctricos
El principal motivo detrás de la actual caída del precio del litio es el final de los subsidios que las autoridades chinas otorgaban a la compra de vehículos eléctricos, que entraron en vigor en 2009 y desaparecieron junto a 2022.
Tras el adiós a estas ayudas, las ventas de eléctricos en el mayor mercado mundial de este tipo de automóviles cayeron en enero casi a la mitad (-48%) que en el último mes de 2022, en parte debido a que muchos compradores aceleraron los trámites para poder aprovechar los subsidios antes de que dejasen de existir.
La nueva situación supone un “incremento de miles de yuanes en costes” para los fabricantes en un momento de intensa competición en el sector, según la prensa local.
De hecho, la Asociación de Turismos de China (CPCA) aseguró recientemente que los posibles compradores de vehículos eléctricos están prefiriendo mantenerse a la espera, no solo debido a la posibilidad de que Pekín anuncie nuevos subsidios sino a una guerra de precios en el sector iniciada por la estadounidense Tesla.
“El entorno macroeconómico no es favorable. Los ciudadanos (chinos) son muy precavidos a la hora de consumir, especialmente cuando se trata de algo tan caro como un auto”, explicó una fuente del sector de la producción de litio citada por Fastmarkets.
Esta incertidumbre ha animado, según analistas citados en la prensa económica china, a los fabricantes a buscar posibles vías de expansión en el extranjero, con la mira puesta, por ejemplo, en el mercado europeo, donde la prohibición de la venta de vehículos de gasolina y diésel a partir de 2035 podría suponer una oportunidad para las productoras de eléctricos del país asiático.
Por el momento, algunos medios afirman que el mayor fabricante de baterías para eléctricos del mundo, CATL, ya está ofreciendo importantes descuentos a sus principales clientes locales.
En busca de alternativas más baratas
El alto precio del litio también ha impulsado la investigación de alternativas más baratas: a finales de febrero, la automotriz china JAC presentó el primer vehículo eléctrico propulsado por una batería de sodio-ión del mundo.
El presidente de Hina, la compañía que desarrolló la batería del JAC EV, aseguró que el uso generalizado de baterías de sodio-ión podría rebajar en un 10% los costes de producción de los eléctricos, ya que utilizan materias primas más baratas que las de litio, que además emplean níquel, manganeso o cobalto.
Esta tecnología permite también una carga más rápida y temperaturas más bajas, pero ofrece una menor densidad energética, que en la batería del JAC EV es de unos 140 vatios por hora (Wh) por kilo, mientras que en las de litio-ión va desde los 240 a los 350 Wh por kilo.
Pese a que el utilitario de JAC es el primer vehículo presentado con esta tecnología, CATL ya había anunciado en julio de 2021 la creación de una batería de sodio-ión con una densidad energética de 160 Wh por kilo.
Un directivo del sector citado por el diario hongkonés South China Morning Post dijo que las ventas de eléctricos se verían claramente beneficiadas de baterías más baratas, algo que sostendría la tesis del banco suizo UBS, que pronosticó que tres de cada cinco vehículos nuevos vendidos en China serán eléctricos hacia 2030.
Fuente: EFE