La destrucción de la demanda provocada por la pandemia del Covid-19 minimizará las disrupciones en el suministro de metales industriales como el aluminio y el zinc, dejando grandes superávits y niveles de inventarios que presionarán a los precios y la producción este año.
Las sombrías perspectivas de la demanda han hecho caer el precio de los metales, afectando a los ingresos de los productores, provocando recortes en los gastos de capital y la perspectiva de reducciones en la extracción.
La minera y operadora Glencore dijo el mes pasado que su gasto caerá en US$ 1,000 millones-US$ 1,500 millones este año desde su estimación original de US$ 5,500 millones, mientras que Anglo American planea rebajar su gasto en unos US$ 1,000 millones, a entre US$ 4,000 millones-US$ 4,500 millones.
Un precio más bajo de los metales puede beneficiar a los fabricantes, ya que disminuyen sus gastos de producción, pero solo si compran en el mercado al contado, ya que muchos acuerdos son cerrados sobre una base a largo plazo.
Se espera que el cobre y el níquel sean los menos afectados, ya que es probable que la disminución de la demanda sea contrarrestada en parte por el desplome en el suministro provocado por los cierres en los países productores, dijeron más de 10 analistas contactados por Reuters.
Los precios de los metales industriales han subido desde marzo, en respuesta a las expectativas de que la demanda se recuperará cuando se reanude la actividad manufacturera en el mayor consumidor mundial, China.
No obstante, fuentes de la industria dijeron que hay una gran cantidad de bienes producidos que no han sido vendidos, lo que llevará a los fabricantes a reducir su producción y su utilización de metales.
“Las pérdidas de demanda por el Covid-19 superarán a las disrupciones del suministro”, dijo Soni Kumari, analista de ANZ. “Vemos que los mercados están pasando al superávit en la mayoría de los metales frente a estimaciones previas de mercados con suministros más bajos en el 2020”.