Expectativas positivas. En línea con las señales de recuperación que ha mostrado el mercado de oficinas corporativas de clase A durante el cuarto trimestre del 2021, para este año se estima que el inventario de la capital peruana continuará en crecimiento.
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Y es que a pesar de que la construcción de nuevos edificios en el periodo 2018-2021 se redujo a la mitad, pasando -según Binswanger Perú- de 188,000 m² a 94,000; para el 2022 se prevé el ingreso de cuatro edificios que agregarán 45,000 m² al stock de Lima.
Según refiere Max Medina, jefe de investigación de Binswanger Perú, tres de estos cuatro edificios corporativos de clase A se situarán en San Isidro Empresarial (SIE) y uno de ellos en Miraflores.
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Explica que, además de jugar en favor del stock capitalino, estas cuatro nuevas apuestas se suman a los factores de recuperación que se evidenciaron desde el cuarto trimestre del año pasado cuando “las búsquedas de nuevos espacios se reactivaron y la asistencia a los centros laborales se elevó”, por lo que por primera vez en el 2021 se registró un trimestre con balance positivo debido a que las ocupaciones superaron a las desocupaciones.
“Si bien, la incertidumbre electoral puso en stand-by las decisiones de ocupaciones y mudanza entre abril y setiembre, ya durante el cuarto trimestre (del 2021) las empresas retomaron el dinamismo en cuanto a búsqueda de espacios”, afirma.
Panorama futuro
Tomando como antecedente ese precedente, en Binswanger Perú esperan que a lo largo del 2022 la demanda se siga recuperando y que el mercado siga internalizando “o acostumbrándose” a los efectos de la pandemia y a los vaivenes políticos.
“La tercera ola, vigente a la fecha, no ha paralizado la economía y con más del 80% de población en edad laboral vacunada, con el retorno a clases presenciales, y al mayor consenso de las empresas de que la presencialidad es importante y que el trabajo remoto es más un complemento del trabajo presencial, prevemos que el mercado de oficinas incremente su dinamismo”, señala Medina, quien adelanta que para el 2023 se espera la entrega de dos nuevos edificios.
Aún así, el panorama que se espera después del 2023 no se avizora tan alentador para el mercado de oficinas corporativas. Según el especialista, “en adelante, a nivel de Lima global, la nueva oferta prime será muy limitada, casi nula”.
Indica que la razón principal de esta reducción será el contexto de mercado: “los niveles elevados de tasa de vacancia desalentarán el desarrollo de nuevos proyectos”, añade.
Indicadores clave
Asumiendo el ingreso de los nuevos edificios, para el 2022 Binswanger Perú anticipa un nivel de desocupación menor comparado con el 2021, y con una demanda en recuperación, “la tasa de vacancia de este año se ubicaría en niveles cercanos a 25%”.
Respecto a las rentas, no solo esperan que se mantenga la flexibilidad observada durante el 2021, también consideran que los propietarios con m² vacantes o en construcción tendrán que revisar su propuesta de valor en aras de seguir incentivando a la demanda.
“Prevemos que las tarifas de lista se mantengan estables o puedan reducirse ligeramente. Donde si existe un mayor margen de negociación es en las tarifas de cierre, donde vemos una flexibilidad significativa. Esta flexibilidad no solo se reflejará en las tarifas, sino también en las condiciones comerciales como garantías, penalidades, periodos de gracia, entre otros”, señala.
Pero, resulta preciso mencionar -como dicen en la consultora- que para algunos sectores económicos los requerimientos de m² serán menores al contexto prepandemia, al menos en el corto plazo debido a que “la adopción del trabajo híbrido jugará un rol importante en el redimensionamiento de nuevas oficinas”.
Aunado a ello, Medina está convencido de que otro factor relevante para el desempeño de este mercado será el posible impacto negativo que pueda tener el surgimiento de nuevas olas de la pandemia y las decisiones políticas que puedan afectar a la inversión privada.
“Observamos que la mayoría de empresas están preparando su retorno gradual a las oficinas debido a que la tercera ola hizo que estos planes se retrasen algunos meses. En ese sentido, el trabajo remoto será un complemento del trabajo presencial. Habrá más flexibilidad en el entorno laboral (asistencia a las oficinas + días de trabajo remoto) pero la interacción física seguirá teniendo un rol principal”, menciona.