El mundo de las startups o ecosistema emprendedor es acelerado y competitivo, por lo que muchas veces cuando se crea una empresa es común que surjan dificultades, que con el tiempo se pueden convertir en obstáculos para el desarrollo.
En ese sentido, tener la orientación apropiada aumenta sustancialmente las probabilidades de éxito.
Un reciente artículo de Harvard Business Review (HBR) indica que el 90% de las empresas fracasan en su primer año, al no poder superar una etapa denominada como “la curva de la muerte”.
Lograr rebasar esta fase es complicado, sobre todo si el emprendimiento no cuenta con la experiencia necesaria y la orientación adecuada.
Ante ello, Arnoldo Matheus, mentor en 500 Global, comentó: “Dentro de este ámbito, surgen dos términos que los emprendedores suelen relacionar, los cuales son el Mentoring y el Coaching. Si bien es cierto que ambos implican un grado de compromiso y orientación, para poder mejorar tu emprendimiento es vital comprender las diferencias entre estos dos enfoques.”
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Sobre el mentoring
El mentoring es llevado a cabo por un mentor, el cual comparte sabiduría desde sus propias experiencias y conocimientos dentro del rubro.
A través de sus propios aciertos y fallos, tiene como objetivo ayudar a la startup y sus líderes a crecer en el ámbito profesional y personal a largo plazo y evitar errores comunes de empresas en edad temprana.
Al respecto, Arnoldo Matheus, mentor en 500 Global y asesor de startups, comentó que el rol del mentor es quitar la niebla del camino, marcar una ruta más segura para el emprendedor y alejarlo de caer en errores comunes de empresas en edad temprana.
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Coaching
El coaching está más vinculado al logro de objetivos específicos, enfocándose en el futuro inmediato de la empresa. Un coach está capacitado para el desarrollo de un plan de acción más estructurado rumbo al éxito de un objetivo.
Y poniendo en práctica distintas técnicas entre las que destacan la escucha activa, el cuestionamiento poderoso y la accountability.
Ahora, Matheus coloca dos diferencias entre ambas acciones y resalta que la metodología aplicada es que se va a determinar cuál es la más conveniente a utilizar:
- Procesos: Un mentor te orienta hacia el camino más favorable a tomar, brindando un punto de vista externo, compartiendo sus opiniones, consejos y retroalimentación desde sus propias vivencias. En cambio un coach buscará ayudarte a encontrar soluciones y mejorar el rendimiento mediante técnicas ajenas a su propia experiencia.
- Enfoque de los objetivos: El mentoring se centra más en un proceso de aprendizaje basado en la relación profesional y el nivel de confianza entre mentor y pupilo, buscando así un desarrollo óptimo a largo plazo. En cambio el coaching está más enfocado en objetivos específicos y puntuales a corto o mediano plazo.
Además, Matheus mencionó: “El empuje que un mentor puede brindarle a una empresa emergente es realmente significativo, ya que el compartir sus experiencias del pasado permite guiarlo por un camino menos intrincado. Un mentor tiene la capacidad de abrirle nuevas oportunidades de alianzas a través del capital social que ha desarrollado como consecuencia de la veteranía en el entorno. El mentoring es como un GPS, que te va sugiriendo mejores rutas a lo largo del camino para lograr potenciar al emprendedor y a la startup, para de esta manera recorran el camino más rápido y eficaz posible”.
Ante esta diferencia, los founders y early CEO deben entender que buscar a un mentor con experiencia dentro de sus industrias los posiciona tremendamente bien para tomar mejores decisiones y sacar el máximo potencial de sus negocios.
En ese sentido, para las startups es más efectivo el mentoring mientras que el coaching se puede aplicar posteriormente para lograr objetivos más específicos.
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