Si hacemos memoria, a la gran mayoría le ha pasado que cuando nos encontrábamos en la etapa escolar, nuestros padres nos decían que debíamos estudiar con mucho empeño para obtener las mejores calificaciones. Aprender las fórmulas matemáticas, un idioma extranjero o adquirir técnicas para desarrollar una determinada tarea son algunas de las actividades a las que nos dedicábamos en aquellos años.
Más adelante, ya en la época universitaria o superior, continuamos con la misma metodología con el propósito de llegar a ser alguien en la vida y obtener un trabajo; sin embargo, con el paso del tiempo, la manera de contratar personal nuevo ha cambiado completamente.
Hace años, los conocimientos o el dominio sobre un tema específico definían si un candidato iba a quedarse con el puesto al que postulaba; sin embargo, ahora las organizaciones están mirando más allá y les interesa que una persona tenga determinadas actitudes.
Es decir que a pesar de que alguien adquirió muchos conocimientos, estos ya no son suficientes y no le garantiza hacerse con la vacante. Esto hace ver a la gente que las habilidades duras están siendo dejadas de lado por las habilidades blandas a las que se les da mayor importancia.
Pero sabe ¿qué es cada una de ellas o en qué se diferencian? A continuación, detallamos todo lo que debe conocer de ambas
Habilidades duras
O también conocidas como habilidades técnicas. Son las que se identifican con todo el conocimiento académico curricular obtenido durante un proceso formativo formal; es decir, las destrezas técnicas adquiridas para desempeñar determinadas funciones.
La capacitación, programas de entrenamiento, MBA, doctorados, diplomados, cursos suplementarios y más son los que ayudan a desarrollarlos.
Aquí se encuentra el dominio de una lengua extranjera, los títulos que se obtienen para desarrollar una tarea específica como manejo de maquinaria pesada para el sector pesquero, minero, petrolero, etc., o incluso el uso de programas de computación.
Son las que tienen como eje las cualidades interpersonales afines con la inteligencia emocional. Aquí está la asociación de habilidades sociales, de comunicación, de ser, entre otras.
Asimismo, está incluida la capacidad de interactuar con otras personas de manera exitosa y mantener relaciones de alto nivel, así como rasgos de personalidad y valores adquiridos.
Entre ellos destacan el trabajo en equipo, liderazgo, comunicación, persuasión, motivación, empatía, adaptación al cambio, tolerancia a la presión, asertividad, etc.
¿A cuál le dan mayor importancia?
Si bien, las habilidades duras son necesarias para cualquier posición, los reclutadores están buscando cada vez más, entre los postulantes, habilidades blandas porque para ellos es más fácil entrenar a un colaborador en adquirir una destreza determinada, que prepararlos en competencias que tienen que ver con temas de personalidad.