El inicio de un nuevo año suele ser un momento de adaptación para los directivos y responsables de proyectos. Estos pueden incluir: implementar nuevos procesos, elaborar presupuestos, contratar talento, reorganizar áreas o aumentar las oportunidades de negocio a través del éxito del proyecto.
De acuerdo a Project Management Institute (PMI), los directores de proyectos pueden adoptar estrategias más progresistas, enfatizando la planificación de escenarios y respuestas ágiles para mitigar desafíos imprevistos. Este enfoque impulsado por la resiliencia garantiza la solidez y adaptabilidad del proyecto frente a factores externos cambiantes.
La dirección de proyectos es un campo dinámico que evoluciona continuamente en respuesta a las necesidades comerciales y los avances tecnológicos.
De cara al 2024, las tendencias en la dirección de proyectos reflejarán un cambio notable de las metodologías tradicionales a enfoques más dinámicos, centrados en los negocios y centrados en las personas.
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A continuación, PMI explica estrategias y mentalidades adaptativas que facilitarán la obtención de resultados tangibles dentro del volátil panorama de la dirección de proyectos:
1. Integración de tecnologías avanzadas
En el ámbito de la dirección de proyectos, 2024 presagia una integración más profunda de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial generativa (IA), el aprendizaje automático (ML) y la automatización.
Estas herramientas innovadoras están preparadas para revolucionar los procesos de proyectos, aumentar las capacidades de toma de decisiones predictivas y optimizar la utilización de recursos.
Se prevé que la perfecta integración de estas tecnologías elevará la eficiencia y fomentará un mayor éxito en los resultados del proyecto.
2. Resiliencia y gestión de riesgos
Las incertidumbres globales prevalecientes resaltan la importancia de la resiliencia empresarial y social. Y la gestión proactiva de riesgos en las iniciativas de proyectos.
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3. Aprovechar las power skills para el éxito sostenido del proyecto
A medida que el mundo evoluciona, los proyectos abarcan cada vez más duraciones e involucran equipos diversos y globales, donde la importancia de las habilidades blandas, como la comunicación efectiva, el liderazgo colaborativo, la resolución de problemas y el pensamiento estratégico, se vuelve primordial.
Estas habilidades son esenciales para que los líderes fomenten una cultura de compromiso, adaptabilidad y participación activa, especialmente en ciclos de proyectos prolongados. Adoptar estas habilidades no se trata sólo de gestionar equipos; se trata de inspirar una visión colectiva y resiliencia, asegurando la unidad del equipo y el compromiso para el éxito a largo plazo.
El estilo de liderazgo democrático se destaca en esta era y muestra cómo las power skills pueden crear un ambiente de trabajo inclusivo y empoderador. Los líderes que practican este estilo se centran en inspirar a cada miembro del equipo, independientemente de su función, a asumir la responsabilidad y contribuir de forma innovadora.
Este enfoque implica emplear habilidades blandas, cultivando así un fuerte sentido de pertenencia e inversión dentro del equipo. Los líderes democráticos, con su compromiso de valorar diversas perspectivas, también ejemplifican la inteligencia emocional y la adaptabilidad. Buscan activamente comentarios y comprenden que superar los desafíos complejos de los proyectos requiere un enfoque multifacético.
Al aprovechar estas power skills, los líderes no sólo fomentan una cultura rica en innovación y creatividad, sino que también dirigen a sus organizaciones hacia el éxito sostenido frente a panoramas de proyectos desafiantes e intrincados.
4. Toma de decisiones basada en datos
La proliferación del análisis de datos y los modelos predictivos permitirá a los directores de proyectos en 2024 a tomar decisiones informadas y basadas en datos. Aprovechando el conocimiento de los datos, los equipos de proyecto optimizan las estrategias, anticipan posibles cuellos de botella y garantizan la alineación del proyecto con los objetivos de la organización, mejorando la eficiencia y eficacia del proyecto.
Las Oficinas de Gestión de Proyectos (PMO) también ampliarán su capacidad para generar rápidamente información lista para tomar decisiones para cambiar entre proyectos según sea necesario. Los datos y las métricas permiten a los gerentes reconocer las diversas definiciones de éxito en los proyectos; habrá un cambio notable hacia la adaptación de las métricas de éxito para alinearlas con los objetivos específicos del proyecto.
La colaboración entre los equipos del proyecto y las partes interesadas definirá el éxito basándose en criterios multifacéticos que abarcan el valor empresarial, la innovación y la satisfacción de las partes interesadas.
En resumen, el panorama en evolución junto con el mundo post pandémico y globalmente incierto requerirá una adaptabilidad por parte de los tomadores de decisiones y directores de proyectos, que se extenderá más allá de los dominios de conocimiento tradicionales, para aprovechar eficazmente estas nuevas tendencias. Visualizar y planificar proactivamente el futuro, incluida la alteración de la cultura corporativa, se vuelve imperativo para la implementación exitosa de estos cambios.