Todas las clases de activos de los países en desarrollo se dirigen a registrar retornos negativos este año, ya que una aversión global al riesgo está eliminando billones de dólares de las valoraciones.
Las pérdidas en acciones de mercados emergentes han superado las observadas durante el punto álgido de la pandemia en el 2020, mientras que la caída de las monedas y los bonos en moneda fuerte también ha eclipsado la envergadura de las pérdidas derivadas de la crisis mundial del 2008.
Los activos se han desplomado a medida que las perspectivas de crecimiento global se deterioran tras agresivas alzas de las tasas de interés que apuntaban a detener la inflación más rápida en una generación. Además, complicaciones geopolíticas desde la invasión rusa a Ucrania hasta la creciente tensión en los lazos entre Estados Unidos y China están alejando a los inversionistas de mercados inherentemente más riesgosos.
“Los mercados emergentes siguen bajo presión debido al aumento en el costo de capital, el agotamiento de la liquidez global y una serie de dificultades externas, que van desde los efectos adversos de la guerra en Ucrania hasta el deficiente desempeño económico en China”, señaló Adriaan du Toit, director de investigación económica de mercados emergentes de AllianceBernstein, con sede en Londres. “Si se suma a la ecuación la persistente fortaleza del dólar estadounidense, se vuelve aún más difícil ver un alivio para los precios de los activos de mercados emergentes en el corto plazo”.
El índice Bloomberg Emerging Market Hard Currency, un emblemático indicador de referencia de la deuda que incluye deuda denominada en dólares de emisores soberanos, cuasisoberanos y corporativos, ha caído un 22% desde su máximo de septiembre del 2021. Se trata de la mayor contracción frente a un máximo desde el 2008. Equivale a una caída en el valor de mercado del índice de alrededor de US$ 670,000 millones. En términos anuales, el indicador ha perdido un 5%, la mayor caída desde 1994.
El fortalecimiento del dólar, la caída implacable del yuan y la guerra en Ucrania han sido una combinación tóxica para las monedas de los mercados emergentes. El indicador MSCI de monedas de mercados emergentes ha caído alrededor de un 4% desde fines de agosto, rumbo a su mayor pérdida mensual en más de una década. Se ha debilitado alrededor de un 9% este año, superando la caída récord de 8.7% registrada durante la crisis del 2008.
El índice MSCI para acciones de mercados emergentes ha caído un 29%, rumbo a registrar el peor año desde el 2008. Solo en el último mes, el indicador ha reducido en alrededor de US$ 1,68 billones de su valor. El índice de fortaleza relativa en el gráfico mensual está por debajo de 30, un nivel que sugiere que está “sobrevendido”.
“El contexto global continúa a flote en un equilibrio muy frágil entre los temores a una caída del crecimiento global y datos macroeconómicos que aún muestran resiliencia en EE.UU. y otros lugares”, señaló Cristian Maggio, titular de cartera y estrategia ASG (ambiental, social y de gobernanza corporativa) de TD Securities. “Las correcciones repetidas del mercado no solo son posibles, sino que también es muy probable que ocurran nuevamente”.