Incrementar los jornales de S/ 39,2 a S/ 48,5 para cada trabajador ha representado una importante alza de los costos de las agroindustriales. Por esta razón, ellas se han visto en la necesidad de idear estrategias que mitiguen el impacto en su rentabilidad, señala el director ejecutivo de la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP), Gabriel Amaro.
Una de las principales consiste en reconvertir los cultivos con menor margen de ganancia en otros de frutos más atractivos. A raíz de los mencionados cambios que trajo la Ley de Promoción Agraria, están siendo reemplazadas principalmente algunas variedades de arándanos poco rentables y los espárragos.
Las hectáreas ocupadas por dichas frutas y hortalizas son sembradas con otras especies de arándanos, palta o variedades patentadas de uva. “Hay muchas variedades de uva que son patentadas, por las cuales los productores pagan un royalty (regalía) y tienen cuotas, un espacio en el mercado. Las empresas que pueden están recurriendo a esta alternativa”, dijo Amaro a gestion.pe.
Las uvas patentadas requieren inversiones adicionales, pero ofrecen las ventajas de márgenes más elevados de ganancia y más espacio en el mercado, según señaló. Sin embargo, también aclaró que reconvertir las hectáreas es un proceso que tarda cierto tiempo.
Además, la agroindustria planea incrementar sus inversiones en nuevos y prometedores cultivos, como la pitahaya y las cerezas. Estos gozan de gran demanda en el exterior, ofrecen mayores ganancias y competitividad, pero en el Perú su exportación todavía es incipiente o se encuentra en periodo de prueba.
Otra estrategia adoptada por las empresas del rubro es la de mecanizar y automatizar los procesos de poda, cosecha y empaque, lo que reemplazaría en cierta medida la labor de los trabajadores. Sin embargo, también hay firmas que optaron por simplemente reducir sus hectáreas cultivadas.
En opinión del director de AGAP, un factor que obstaculiza las inversiones de la agroindustria es el retraso en la emisión de los reglamentos de la nueva Ley de Promoción Agraria, que al Gobierno le correspondía publicar en enero de este año. “Conocer los reglamentos es importante para las empresas, porque podría agravar o aliviar la situación de algunos de los cultivos”, añadió.
Sin embargo, el directivo advirtió que desde ya la nueva Ley de Promoción Agraria desalienta la inversión extranjera y nacional. Desde su punto de vista, las empresas del exterior que producen y comercializan desde el Perú podrían encontrar más incentivos para hacerlo en Colombia o Ecuador, no solo por las condiciones menos favorables que ahora ofrece el país, sino por proyectar una imagen de falta de seguridad jurídica.
En ese sentido, es preciso recordar que la agregada comercial de la Embajada de Colombia en Perú, Pilar Lozano, dijo en febrero a gestion.pe que cinco empresas agrícolas peruanas de diversos tamaños se encuentran gestionando la compra de terrenos para sembrar palta Hass en su país.
“Algunas ya han decidido que van a invertir, pero no la zona donde van a instalarse, porque deben evaluar condiciones logísticas y de disponibilidad de tierras. Con otras el contacto es muy reciente, todavía evaluando si, con el cambio en la Ley de Promoción Agraria en Perú, les resulta más competitivo invertir en Colombia”, indicó entonces.
A fines de diciembre del año pasado, el Congreso de la República aprobó la nueva Ley de Promoción Agraria, que brinda al trabajador, además de la remuneración mínima vital de S/ 930, un bono de carácter no remunerativo del 30% de esta. La norma causó descontento tanto en el sector agroindustrial como entre los trabajadores que protestaron por mejores condiciones laborales y salariales en diciembre.