La inflación, que se ubicó en 8.45% en noviembre, está muy por encima de la meta del Banco Central de Reserva (BCR), que subió su proyección para cierre de año de 7.8% a 8.2%, nivel que sería el más alto desde 1996, donde se ubicó en 11.8%.
Estas proyecciones se alinean con las que mencionan otros análisis, que también ubican al registro del cierre de año por encima de 8%.
Isaac Foinquinos, economista senior de Macroconsult, espera que la inflación al cierre de diciembre se ubique entre 8.3% y 8.5%, lo que implicaría una inflación mensual entre 0.6% y 0.8%. “Antes preveíamos que se iba a ubicar en el límite inferior (8.3%), pero ahora tenemos este nuevo margen”, precisó.
Mario Guerrero, subgerente de Economía del Departamento de Estudios Económicos del Scotiabank, por su parte, espera que la inflación se ubique en 8.2%, luego de haber revisado al alza su previsión de 7.7%. “Esto sugiere una inflación de 0.5% para diciembre”, agregó.
Del mismo modo, Alfredo Thorne, exministro de Economía y Finanzas, pasó su proyección de 7.7% a 8.2% (inflación mensual de 0.6%). El BBVA Research tiene una proyección de 8% ahora con sesgo al alza, mientras que Credicorp Capital es de 8.3%.
Protestas influyeron en el escenario
Thorne y el BBVA Research indicaron que la turbulencia social, y su influencia por el lado de precios de alimentos, es parte de la explicación de las nuevas proyecciones que se tienen al día de hoy.
“Principalmente, es por alimentos y algunos servicios, como el transporte por vía terrestre y aérea. También hemos corregido al alza la inflación del 2023 desde 3.3% a 4%. Es decir, hay un efecto que se ha trasladado al siguiente año. Lo que han hecho las protestas es hacer más gradual el descenso (de la inflación)”, apuntó Thorne.
Del mismo modo, el economista de Macroconsult señaló que el clima de protestas violentas ha tenido impacto a través de los precios de alimentos. No obstante, mencionó que la menor demanda estaría compensando el escenario.
“Hay dos efectos contrapuestos. Por un lado, la menor oferta de alimentos por el cierre de carreteras ya tuvo efecto en el precio de algunos alimentos, como la arveja, la yuca o la zanahoria. Por otro lado, las protestas afectan a la demanda en turismo o transportes, y también de artículos de la campaña navideña, que podrían rematarse si no se da el correcto tránsito. Esto puede presionar precios a la baja; hacer que no suban tanto como se espera. Por ahora el sesgo es al alza, pero está por verse”, anotó.
Mario Guerrero, de Scotiabank, indicó que ya se esperaban el aumento de precios de ciertos alimentos, pero este se ha acentuado en cierta medida por las protestas y bloqueos.
Destacó el aumento del precio de los perecibles (hortalizas, frutas y tubérculos) en diciembre, que ha tenido un repunte por los bloqueos, además de otros factores climáticos.
“Usualmente, hay cierto repunte en costos de transporte interprovincial, pero con este tema (protestas) podría acentuarse un poco más. Una de las razones por las que la proyección que ya tenemos tiene un sesgo al alza es el tema de las protestas”, dijo a Gestión.
Escenario político, tipo de cambio e inflación
Vinculado a lo anterior, el escenario de un posible adelanto de elecciones el siguiente año podría afectar al tipo de cambio, e influir, en consecuencia, en el nivel de inflación (por el canal importador).
“El tipo de cambio responde a muchos factores. Ahora el principal es la diferencia de tasas de Perú y Estados Unidos. En cuanto a la volatilidad política, si las elecciones son positivas para el mercado, con un candidato más al centro que a lo radical, eso podría ser beneficioso para el tipo de cambio. Caso contrario podría haber un impacto negativo en la inflación por ese lado. En un escenario negativo, por el lado local de crisis política, el tipo de cambio podría ubicarse en S/ 4.3 (hoy está alrededor de S/3.8) en el 2023”, indicó Thorne.
Guerrero, por su parte, espera que haya volatilidad sobre todo hacia fines de año, por lo que el impacto en la inflación por el efecto cambiario sería visto más en el 2024.
“El tipo de cambio tiene un patrón identificado en elecciones, que se avizoran a fines del siguiente año. Entonces es posible que la mayor parte del año se vea un comportamiento más estable, como se vio en los últimos dos meses, en función de cómo vaya el dólar en el mundo. Hacia el cierre del 2023, de darse la elección, habría mayor volatilidad, como usualmente pasa. Esto impactaría en la inflación del 2024, y se tiene en cuenta que el BCR puede intervenir (para reducir la volatilidad)”, indicó.
En contraste, Foinquinos no espera que haya un efecto por el lado del dólar. “En elecciones siempre hay volatilidad al alza si el candidato no es tan alineado con el mercado, pero no se espera nada parecido a lo que pasó con el 2021. El tipo de cambio no debería subir mucho más e incluso se podría reducir, pues la salida de Castillo es favorable para los mercados. Si vuelve a salir alguien similar en las próximas elecciones se espera tener un contrapeso en el Congreso. Los capitales que tenían tendencia o eran sensibles a salir, ya salieron o quedan muy pocos, y puede darse el escenario en el que vuelvan, ello en favor de sol”, indicó.
Resistencia de inflación por encima de 8%
Según Thorne, se espera que, como escenario base, la inflación se mantenga por encima de 8% en los primeros meses del 2023, estimación que fue compartida por Guerrero. Los factores serían estacionales y una menor base comparativa.
“Hay un efecto de base (los precios empezaron a subir más a partir de marzo) y condiciones climáticas que haría que la inflación esté por encima de 8% durante el verano, pero luego se ubicaría por debajo en marzo o abril. La proyección del 2023 es 4.5%, y antes era 4%. Esto se explica por una mayor resistencia de la inflación subyacente y de alimentos respecto a lo que esperábamos en el segundo semestre. Por ejemplo, pan y cereales suben, a pesar de que el trigo baja; hay un rezago o inercia en algunos rubros”, dijo Guerrero.
El economista de Macroconsult señaló que espera que el escenario de una inflación por encima de 8% se mantenga en la primera parte del siguiente año.
“El descenso será muy gradual. Es posible que en el primer trimestre podamos ver tasas alrededor de 8%, quizá un poco menores en el segundo trimestre. En la segunda parte del año, se esperaría un descenso mucho más rápido. Se debe tomar en cuenta que la inflación a inicios de mes tiene un impacto estacional como el inicio de clases, lo que da cierta resistencia (a la inflación). Nuestra proyección es de 3% para el 2023”, apuntó.
Datos
- La inflación al cierre del 2023 estaría en 3% y en 2023, en 2.4%, según el BCR.
- Thorne y Associates espera que la inflación se ubique en la meta del BCR en el 2024.