Los balances de las empresas peruanas se están resintiendo por el estancamiento de la economía, que en la primera mitad del año se redujo en 0.45%.
Mientras que los economistas debaten si la caída del PBI configura una estanflación o recesión técnica, los CEO y CFO de las compañías ven sus resultados financieros en indiscutible declive.
Así, las ganancias de las firmas líderes de la Bolsa de Valores de Lima (BVL), que conforman el Índice Selectivo de esa plaza, alcanzaron los S/ 4,325 millones en el segundo trimestre, 15% menores que hace un año, y 25% por debajo de las acumuladas en igual periodo del 2021.
Más aún, las utilidades obtenidas por estas empresas entre abril y junio del 2023 son las más modestas desde fin del 2020, es decir, de los últimos 30 meses, según datos de la BVL.
“Todas las variables económicas se destiñeron; entonces las proyecciones comerciales, de ventas de las empresas decaen. En los trimestres anteriores hubo algunos impulsos, pero este año no hubo nada que apoyara”, manifiesta el presidente de la consultora MC&F e IFEL, Enrique Díaz.
Coincide así con el análisis de directores de empresas, quienes lamentan que el ciclo virtuoso de mayor inversión privada, mejora de empleos y salarios, crecimiento del consumo y ventas, que se retransmiten en necesidad de capital adicional para aumento de inversiones corporativas, se ha obturado o, en el mejor de los casos, es más lento.
“Las proyecciones económicas a inicios de año eran mejores, tal como de las empresas, pero ante el claro decaimiento de la actividad económica, estas tienen que sincerar sus estimaciones y resultados”, dice Díaz.
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¿Por qué caen las ganancias de las empresas peruanas?
“Estamos en un entorno más prudente en el que retraen las inversiones porque las empresas no ven un consumo que las alumbre”, agrega.
Pero no es solo la debilidad del consumo lo que agobia a las compañías, sino también el menor crecimiento de las exportaciones, que antes disimulaban las adversas condiciones internas; una ascendente morosidad que pone cautos a los bancos y los lleva a ser más restrictivos en el financiamiento; la ausencia de proyectos privados grandes y una inversión pública que no avanza como debería.
Todas esas tendencias se han alineado para desembocar en un deterioro general, en el que los volúmenes de ventas bajan y, por tanto, las utilidades de las empresas, refiere el economista.
Son varias las causas del descenso de las ganancias empresariales, como la reducción de la inversión privada –en torno al 10% en el primer semestre-; las expectativas negativas sobre la evolución de la economía, que lleva a las personas a no gastar, y tasas de interés altas que restan dinamismo a la actividad, afirma el jefe de análisis de Renta 4 SAB, Cesar Romero.
Agrega a ello, el declive de varios sectores, como la construcción, antes favorecido por un elevado crecimiento de la inversión pública y la autoconstrucción, esta última de gran impulso en el 2021 y 2022 a raíz de la pandemia, que orilló a las familias a edificar espacios habitacionales propios.
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Utilidades por debajo de lo previsto en el tercer trimestre
Con los vientos de cola para la economía difuminándose, las utilidades de las firmas líderes de la BVL en el segundo trimestre resultaron 15.5% por debajo de lo previsto por las casas de bolsa.
Al adverso entorno descrito, Romero detalla particularidades de algunas de estas empresas, que afectaron su desempeño.
Las ganancias de Buenaventura y Cerro Verde descendieron respecto del primer trimestre, afectadas por la reducción de los precios de los metales ante una menor demanda china. La primera, asimismo, destinó más capex a San Gabriel.
Volcan afrontó mayores costos de financiamiento para la inversión requerida en la mina Romina, dice Romero.