América Latina corre el riesgo de experimentar más disturbios sociales y “parálisis política” ya que se estima que el crecimiento económico se mantendrá lento y las tasas de interés, altas, durante un período prolongado, según un nuevo informe del Fondo Monetario Internacional.
Las economías de la región y el Caribe crecerán un 1.8% en promedio este año, levemente mejor que la estimación anterior del FMI, de 1.7%, pero esta expansión aún representa menos de la mitad del crecimiento estimado en 2022, de 4%.
El consumo y la creación de empleo se están desacelerando mientras que la confianza empresarial se está debilitando. Las principales economías de la región se verán frenadas por una caída en los precios de los productos básicos, condiciones financieras más ajustadas y desaceleraciones económicas en socios comerciales clave como Estados Unidos y Europa. Para 2024, el Fondo espera un crecimiento de 2.1%.
El menor crecimiento presionará aún más a las clases baja y media de América Latina, que aún enfrentan dificultades por la inseguridad alimentaria y la pérdida de poder adquisitivo después de años de cierres por la pandemia y una creciente inflación.
Encontrar un “terreno común” para emprender “reformas económicas sensatas” que impulsen el crecimiento será “una batalla cuesta arriba” para los gobiernos recién elegidos en la región, escribieron los analistas Gustavo Adler, Nigel Chalk y Anna Ivanova.
“La permanente posibilidad de disturbios y parálisis política tiene el potencial de deteriorar la confianza y perjudicar la actividad económica”, agregaron.
Tasas altas por más tiempo
Se estima que los bancos centrales de la región, que fueron de los primeros a nivel mundial en elevar las tasas en medio de la pandemia, las mantendrán sin cambios “durante algún tiempo”.
La inflación se está desacelerando a un solo dígito en la mayoría de las principales economías, pero permanece por encima de los objetivos de los encargados de política monetaria. Se proyecta que los aumentos de los precios al consumidor promediarán un 9.9% este año.
Los indicadores subyacentes, que excluyen elementos más volátiles como los alimentos y la energía, “siguen siendo altos” en Brasil, México, Chile, Colombia y Perú. Mientras muchos gobiernos debaten aumentos a los salarios mínimos, las presiones sobre los precios derivadas de los salarios serán un desafío para la política monetaria.
“Los bancos centrales no deben debilitar su determinación de frenar la inflación, lo que requerirá de un esfuerzo constante”, escribieron los analistas.
Mientras Colombia y Brasil avanzan en sus reformas tributarias, el fondo con sede en Washington sugiere un enfoque progresivo, favorable al crecimiento y equitativo.
Las políticas tributarias en general deben enfatizar el gasto social mientras reducen los niveles de deuda pública, escribieron. “La confianza en los gobiernos seguirá resultando perjudicada mientras los ricos no paguen su parte justa en impuestos”.