La economía peruana se ha venido desacelerando tanto en los últimos meses que incluso las proyecciones de entidades estatales como el Banco Central de Reserva (BCR) y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) redujeron sus estimados para este año y el 2023. En esta entrevista, el economista jefe de Credicorp Capital, Daniel Velandia, da luces sobre las razones por las cuales el Perú no ha logrado despegar como en años anteriores.
¿Qué pasa en Perú que en el primer semestre creció 3.5%, menos que Chile o Colombia?
Lo que más pesa es el tema interno. Si tú miras los cinco países de Sudamérica: Argentina, Brasil, Colombia, Chile y el Perú, el más rezagado versus sus niveles prepandemia es el Perú. No hay ningún país tan bajito en niveles de actividad económica versus febrero del 2020.
¿Por qué tan bajito?
En el caso de Colombia, que es el que más se ha recuperado, está 8% por arriba de niveles prepandemia. El segundo es Argentina que ya bordea el 6% por arriba de prepandemia, Chile ya está 5% por arriba, Brasil está en 4% y el Perú con el dato a julio, solo en 2%. En el agregado, pandemia más pospandemia Perú es la economía más rezagada.
Pero las proyecciones señalan que Perú crecería más que el resto en el 2023
Una cosa es la coyuntura. Un país como Colombia este año va a crecer como 8% y va a crecer poquito el próximo año porque no puede sostener ese crecimiento. El Perú va más de a poquitos y muy lento.
¿Cuáles son los factores que nos llevan a esta situación?
Lo principal es la inversión privada y el sentimiento de los empresarios. En el Perú, desde que existen los datos, nunca se había tenido la confianza empresarial que publica el BCR tan bajita y por tanto tiempo para un choque interno. Es cierto que cayó durante la pandemia, pero era un efecto internacional y ahora se tiene por un tema interno. Hay un pesimismo prolongado.
¿Cómo se traduce este pesimismo empresarial sobre la economía?
Nosotros estamos estimando una inversión privada que no crece este año y el próximo año tampoco. Ese no crecimiento del 2023 se explica sobre todo porque se acaba lo de Quellaveco y Toromocho, con eso la inversión minera cae y los demás proyectos no logran compensar. Así, serían dos años consecutivos de no crecer en la inversión privada. Eso es muy preocupante.
¿Hay algún factor que sea el que más influye en este menor ánimo para invertir?
Es la situación política la que no permite que el Congreso y el propio Gobierno estén enfocados en políticas pro crecimiento. Se nos ha ido un año completo en el que las economías requieren de muchas medidas para crecer después de semejante tragedia que fue la pandemia y en la situación política compleja en el Perú no se han dado las condiciones para eso.
Pero en Chile también hubo incertidumbre por el referéndum constitucional y su economía crece más que la peruana.
A Chile no le va a ir tan bien el próximo año, porque el crecer tan rápido es un riesgo. Pero en el resultado de este año hay un pedazo que es por populismo puro como son los retiros de las AFP lo que impulsó el crecimiento. Pero lo que hace sostenible, a diferencia de Perú, es que Chile ha implementado una serie de ayudas significativas para soportar el empleo formal que se recuperó rápido. Cuando se ve al Perú con una tasa de informalidad de 76% uno dice que no hubo política. Debió protegerse el mercado laboral mucho más y no se hizo.
Pero una medida de ese tipo implica mayor gasto fiscal ¿Debe aumentarse?
El déficit fiscal estará cerca al 2% este año. Se celebra la parte de ingresos, pero una parte importante de este resultado es la no ejecución del gasto público. Si bien se puede ver la parte buena del ajuste fiscal, la mala es que no creces, porque la inversión pública puede compensar la menor inversión privada y eso no está pasando.
El ministro Burneo ha presentado un plan de reactivación en ese sentido ¿Cree que puede tener resultado?
¿Cuántas veces hemos visto estos planes en los últimos 10 años? Casi todos los años. ¿Desde cuándo se habla de Chavimochic o el aeropuerto Jorge Chávez y los 52 proyectos esenciales que los incluyeron en el Plan de Infraestructura? Llevamos muchos años hablando de los mismos proyectos y de la intención del Gobierno de promoverlos. La pregunta que nos hacemos es ¿esta vez por qué sí?
¿Y por qué no?
Hay incredulidad. Ojalá realmente se dé la situación, pero como no es la primera vez, aquí sí hasta no ver, no creer.
¿Qué hay detrás de la incredulidad?
Lo primero son las ineficiencias. Habrá que ver con tantos cambios de ministros y con el cambio de gobiernos regionales cómo se va a articular todo esto. Nosotros esperamos una contracción de la inversión pública en el 2023. Lo segundo es que de 25 medidas, 16 necesitan pasar por el Congreso, lo que hace difícil saber cuándo se van a comenzar a ejecutar. Si llega a haber un impacto va a ser muy gradual.
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¿Cree que la inversión privada puede mejorar?
Lo que se necesita es claridad en las reglas de juego a largo plazo. Se puede tratar de mover a corto plazo con temas como burocracia, pero para hacer grandes proyectos de inversión se requiere total claridad en reglas de mediano y largo plazo. Y por ahora hay muchos inversionistas y empresarios con el freno puesto esperando a ver qué pasa.
El ministro Burneo dice que quiere lograr que la economía y la política vayan por cuerdas separadas ¿Es posible esto?
Si tú tienes la percepción de que el ministro que está hoy puede no estar mañana, que el primer ministro no puede estar en un mes o que el mismo presidente no puede estar en unos meses ¿Cómo se toma una decisión de largo plazo para meter miles de millones de dólares? Hace solo cuatro meses estaba en agenda el hacer un cambio de la Constitución. Como empresario cómo tengo la confianza de que no se volverá a tocar el tema, porque el presidente nunca ha dicho que ya no va. Si bien es menos probable que suceda, el cambio constitucional sigue en el aire.
¿Entonces ese divorcio entre política y economía no es posible?
Ese divorcio se ha ido disminuyendo cada vez. Perú tenía un PBI potencial cercano a 6% antes del 2014. Luego, todos los países tuvieron el mismo choque externo con el cobre y el petróleo. De allí hasta ahora, el que más cayó en PBI potencial en toda la región fue El Perú. Colombia y Chile tenían un PBI potencial de 4.5% y se bajó a 3% antes de la pandemia. El Perú bajó de 6% a 3.5%. Es una barbaridad, a la mitad. Eso muestra que hay cosas más allá de lo internacional que muestra que este divorcio es cada vez menos claro.
¿Y a nivel interno que influencia más en este divorcio?
Ese divorcio en buena parte está explicado por la informalidad de Perú. Porque lamentablemente el 70% de la población de Perú tiene que trabajar al día. Eso ayuda a que la economía se sostenga en el largo plazo. Y si lo llevamos a las protestas, las personas no pueden protestar más de una semana porque se mueren de hambre, porque tienen que trabajar.
Con toda esta situación, ¿Perú dejó de ser una estrella del crecimiento en la región?
Si lo comparamos con los seis países más grandes de Latinoamérica, Perú se está volviendo un país promedio, sin cambios.
¿Qué es un país promedio?
Cuando hablábamos del Mercado Integrado Latinoamericano (MILA), Colombia, Perú y Chile, eran como los de mejor crecimiento. Hoy en día todos hemos venido bajando, pero el Perú en algunos puntos está convergiendo más rápido hacia los otros países de menor crecimiento. Si no es algo rápido, vamos a ver cómo su PBI converge a un nivel más bajo.