Un exdirector del fabricante Audi y Porsche, filiales de Volkswagen, juzgado en Alemania en el caso ‘Dieselgate’, admitió el martes en su juicio haber instalado un software engañoso para distorsionar las emisiones de gases contaminantes.
Wolfgang Hatz se declaró culpable para obtener una sentencia reducida como parte de un acuerdo con el tribunal.
Él y otros dos empleados instalaron el software prohibido, explicó el abogado de este exdirectivo, ante el tribunal regional de Múnich.
Este juicio, que se abrió hace dos años y medio, es el primero en Alemania que juzga penalmente el caso ‘Dieselgate’, con Rupert Stadler, de 60 años, como principal acusado y exjefe de Audi. Hasta ahora niega cualquier responsabilidad en el asunto de los motores manipulados.
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La confesión de Hatz “da un giro” en el proceso, dijo el juez que preside las audiencias de Stefan Weickert.
Que haya reconocido la culpabilidad debería permitirle reducir la pena impuesta, de un máximo de diez años. El tribunal de Múnich le había propuesto la suspensión de la pena a cambio de una confesión.
Hatz era consciente de la ilegalidad en Alemania del dispositivo que ayudó a instalar en los motores del grupo Volkswagen, dijo el martes su abogado. Un carácter ilegal “reconocido y aceptado” por su cliente, precisó.
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En el caso de Hatz, el tribunal y la defensa recomendaron una pena de prisión suspendida de 18 a 24 meses y una multa de 400,000 euros. Pero la fiscalía se está oponiendo a esta solución a causa de las confesiones tardías.
Su caso será abordado durante una audiencia a puertas cerradas el martes por la tarde.
Rupert Stadler está siendo procesado por “fraude”, “expedición de falsos certificados” y “publicidad engañosa”.
Otro ingeniero de Audi, Giovanni Pamio, confesó y recibió este martes una pena de prisión condicional de 18 a 24 meses y deberá pagar una multa de 50,000 euros.
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El gigante automotriz Volkswagen admitió en septiembre de 2015 que había instalado dispositivos en 11 millones de vehículos de las marcas del grupo que los hacían parecer, durante las pruebas de laboratorio, menos contaminantes de lo que realmente eran.
El ‘Dieselgate’ provocó un escándalo mundial y empañó gravemente la reputación de la industria automovilística alemana.
Fuente: AFP
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