Tras la llegada del COVID-19 al país, uno de los sectores que se reactivó con mayor rapidez fue la construcción de viviendas o su mejoramiento, impulsado por la prolongada estadía en el hogar. Sin embargo, la coyuntura política y económica de los últimos meses afectaron los precios de los materiales de construcción, mientras que la incertidumbre detuvo la ejecución de nuevos proyectos.
“Entre julio y agosto se redujo fuertemente la demanda de ladrillos para proyectos de tipo residencial (canal formal) en alrededor de 50% y 70%”, indica el gerente comercial de Ladrillos Lark, Alberto Chara.
La empresa también observa una contracción en la demanda de este material para la autoconstrucción, entre 7% y 8%. Pero no se da de manera pareja en todas las regiones, se acentúa en Lima.
“Desde julio este indicador tiene una declinación. Pero, en nuestra experiencia y números; la población de la sierra norte y sur tienen un nivel de expectativa más alto y eso hace que sigan invirtiendo en modificar su vivienda”, apunta Chara.
Esto responde a dos factores. En el caso del norte, es principalmente por el desarrollo de obras públicas vinculadas al Plan Integral de Reconstrucción con Cambios. “Los gobiernos regionales cuentan con presupuesto para colegios y hospitales, esto se refleja luego en más empleo e ingresos”, anota Chara.
Mientras tanto, en otras regiones (sobre todo las del sur), la apuesta por inversión en autoconstrucción es porque hay confianza en que con el nuevo gobierno el estilo de vida mejorará.
Materiales de construcción
Al escenario descrito se suma el alza de costos de los materiales de construcción. “En los últimos 12 meses el acero subió 42.8%, los ladrillos 42.1%, las losetas 8% y la mano de obra en 3.3%”, señala Enrique Pajuelo, director de la Cámara Peruana de la Construcción (Capeco) y presidente ejecutivo de Ladrillos Fortes.
A pesar de ello, los créditos hipotecarios han mantenido su dinamismo (ver precisiones). “Prevemos que se origine un retroceso en la actividad constructora”, comenta Pajuelo.
Por el momento, la mayoría de desarrolladores están reprogramando sus obras para enero y febrero del próximo año. “(Este segmento) depende de los préstamos crediticios y las tasas de interés se elevaron. Las construcciones residenciales representaban el 11% de nuestra facturación y ahora solo el 6%”, afirma Chara.
Costos de energía
El gerente comercial de Ladrillos Lark también expresa su preocupación por el alza de la tarifa eléctrica. “La factura al 31 de julio del 2021 era de S/ 520 mil y al 30 de setiembre de S/ 559 mil. Ahora estamos absorbiendo (el sobrecosto)”, dijo.
Asimismo, refiere que entre mayo y agosto de este año el desembolso por gas natural (utilizado para la producción en la planta ubicada en Lima) se ha incrementado en más de 26%.
Precisiones
Autoconstrucción. La construcción informal en el Perú representa el 70%.
Oportunidad. Hay una demanda insatisfecha de 1.8 millones de viviendas, según Capeco.
Venta. Entre junio del 2020 y mayo del 2021, los créditos hipotecarios para vivienda pasaron de 32,000 a 45,000.
Mercado. Se estima que en el Perú hay unas 2,000 ladrilleras, entre formales e informales.
Repuestos. El alza de los fletes afecta el costo de las maquinarias que importan las ladrilleras.
El dato
Capacidad. Ladrillos Lark tiene dos fábricas, una en Lima y otra en Lambayeque, que pasará de producir 340 toneladas diarias a 500 toneladas diarias a partir de este mes de octubre. Por su parte, Ladrillos Fortes cuenta con fábricas en Lima, Trujillo, Chiclayo y Piura.