La pandemia de la COVID-19 ha provocado una readaptación de las empresas dedicadas al turismo como hoteles, agencias turísticas y restaurantes. La situación es similar en Cusco, uno de los destinos preferidos para visitantes nacionales y extranjeros por diversos atractivos, sobre todo el Santuario Histórico de Machu Picchu.
Por esa razón, el hotel de la familia Intursa, Tambo del Inka, a Luxury Collection Resort & Spa - Valle Sagrado, reajustó sus estrategias y apuesta por el turismo interno a fin de continuar reactivando la actividad turística en la región. Asimismo, propone una experiencia personalizada, a gusto del usuario para hacer más agradable su estadía dentro de las instalaciones.
El perfil del turista nacional e internacional cambió en sentido de que la gente permanece más tiempo en el hotel, explica Bruno Giordano, gerente general del hotel ubicado en Urubamba, Cusco. Por esa razón, Tambo Inka tuvo que reinventarse y apostar por servicios que no tenía en tiempos previos a la pandemia.
“Esta pandemia permitió volver a pensar en el negocio porque dejó de ser el de antes. La gente venía, se iba a Machu Picchu o a otros atractivos del Cusco, pero ahora vienen y la pasan en el hotel. Por esa razón, hemos tenido que enfocarnos en el cliente”, indica Giordano a Gestión.pe.
Tambo del Inka presenta un servicio más personalizado destinado al público local. Giordano señala que ello les hizo elaborar propuestas más acordes al nuevo perfil, sobre todo hacer más accesible el lujo a los peruanos, para que tengan una grata experiencia.
“Hemos presentado precios más acordes a la situación de la pandemia. El lujo tiene que ser más accesible, no solo pensar en el margen que ganas, sino en que más personas puedan apreciar lo que tenían al costado y hacer que el turismo vuelva a funcionar”, comenta.
El hotel con más de 150,000 metros cuadrados de espacio plantea un turismo vivencial dentro de sus instalaciones. Los bosques y áreas verdes, permiten reconectar al visitante con la naturaleza, situación que muchas veces no ocurría en el pasado, detalla el ejecutivo.
Esta experiencia está destinada a parejas jóvenes y familias. Además de la reconexión con el medio ambiente, el hotel está brindando experiencias gastronómicas a sus huéspedes, desde clases para elaborar pisco sour a los adultos y hornear pan a los niños.
“Hemos creado un formato llamado ‘full stay’ que busca que nuestros visitantes disfruten una gran experiencia en el Valle Sagrado, sin preocuparse por nada más que un único pago para toda la familia.
En cuanto a los precios, esta redefinición de la experiencia personalizada inicia desde los US$ 569 por noche para paquetes de cinco días/cuatro noches y US$ 599 por noche para tres días/dos noches, que incluye la posibilidad de añadir hasta dos niños menores de 12 años sin costo adicional.
Con relación a la procedencia de los viajeros que reciben, provienen en su mayoría de Lima, Arequipa y el mismo Cusco. En tanto, se ha registrado una asistencia de familias como de parejas jóvenes que buscan despejarse de la ciudad en un lugar apacible. “Es posible que recibamos más familias en mayo con las vacaciones escolares”, dice Giordano.
Además de buscar una importante demanda para las próximas vacaciones escolares, Tambo del Inka apuesta por repotenciar el atractivo del Valle Sagrado de los Incas para las Fiestas Patrias.
Dato
Tambo del Inka forma parte del grupo hotelero Intursa, propietario de nueve hoteles en el Perú bajo diversas marcas del portafolio de Marriott International y de la agencia de experiencias (Venturia).