Casi 100 millones de personas en todo el mundo utilizan Strava para medir y compartir sus carreras y salidas en bicicleta.
Un negocio que creció 69% en el 2021 respecto a los US$ 100 millones que facturó el año anterior, lo que permite estimar unos ingresos de US$ 169 millones (152 millones de euros) en el último año. Y que quiere durar. “Hemos construido una marca que puede seguir viva dentro de 100 años”, asegura su fundador, Michael Horvath.
En esencia, la idea que Horvath y Mark Gainey tuvieron en el 2009 cuando lanzaron su servicio no ha cambiado: registrar los recorridos en carreras, paseos, bicicleta y otros tantos deportes, para compartirlos con otras personas y comprobar sus progresos.
Sí lo ha hecho la tecnología, que permite tomar esos datos con casi cualquier teléfono móvil, y la aceptación de su aplicación, que suma un millón de usuarios nuevos cada mes, entre ellos varios miles de atletas profesionales.
“Una parte importante de la comunidad Strava son los 2,300 atletas de élite que utilizan la aplicación de la misma forma que el 99% de nuestra comunidad, para encontrar motivación, estar conectados y contar su historia. Es una de las cosas de las que estamos más orgullosos, que llevamos la experiencia desde el atleta de élite al que está empezando”, explica Horvath.
Entre ellos están figuras del ciclismo como el esloveno Tadej Pogacar (UAE Emirates) doble ganador del Tour, el belga Wout van Aert (Jumbo Visma), el colombiano Egan Bernal (Ineos) o su compañero australiano Riche Porte, el que más distancia contabilizó en esta red durante el año 2021, sumando 37,643 kilómetros en su perfil.
La semana pasada firmaron un acuerdo con el Tour de Francia, que les permitirá mostrar en su plataforma los datos de esfuerzo de cada ciclista -los conocidos como ‘segmentos’, recorridos en el mapa en los que se refleja quién los hizo más rápido y que son una de las claves por las que Strava engancha a miles de aficionados-, sus fotos y vídeos. El Giro de Italia y la Vuelta a España están entre sus objetivos a futuro.
Una comunidad global y un negocio al alza
Su presente es prometedor. “Entre el 2019 y 2020 crecimos un 71% en ingresos y del 2020 al 2021 un 69%. Es una comunidad muy global, el 80% de nuestros 99 millones de usuarios están fuera de Estados Unidos”, apunta el cofundador de Strava, que solo revela los números absolutos de facturación del 2020: US$ 100 millones (90 millones de euros), pero no desvela los del 2021.
En el 2018 lanzaron el servicio de suscripción de pago que es la clave de su modelo de negocio y que según ‘Bloomberg’ utilizan entre dos y tres millones de usuarios, aunque la empresa no ofrece datos oficiales.
Otra de sus fuentes de financiación son los retos que se lanzan en la plataforma (correr cinco kilómetros, hacer 20 kilómetros en bicicleta...) y son patrocinados por empresas.
El mercado español es “muy importante” para Strava en Europa, según su cofundador. “Es un mercado interesante y hay un gran foco en el ciclismo. Creemos que crecer en corredores en España es una oportunidad para nosotros”, considera Horvath.
En Latinoamérica, destaca el papel de Brasil. “Dependiendo de la época del año, Brasil puede ser el segundo o tercer mercado mundial. Está muy cerca del Reino Unido”.
Desde el 2019 se ha duplicado la comunidad brasileña en la aplicación, algo que en la compañía tecnológica atribuyen a dos dinámicas: la recomendación de su servicio de usuario a usuario, y el impacto del COVID-19. “La pandemia llevó a mucha gente a buscar una comunidad y formas de estar activos”, explica.
Del deporte a la salud
Horvath no se considera un hombre de negocios. Cuenta que llegó a ello por casualidad, ya que fundó Strava cuando impartía clases de economía en la Universidad de Stanford (EE.UU.), justo en la zona del mundo que se ha convertido en la meca de las empresas tecnológicas. Lo que comparte con ellas es una visión ambiciosa del futuro de su aplicación.
“Queremos llegar a 1,000 millones de personas en esta década, creo que podemos ayudarles a ser activos, a motivarse”, explica. Para ello, prevén que su siguiente paso sea no solo ofrecer información sobre el ejercicio físico realizado, sino incluir otros datos que influyen en la salud y el bienestar, como información sobre nutrición o sueño.
En todo caso, esa información se obtendrá de la misma forma que hasta ahora, gracias a dispositivos de otras compañías que se conecten a su sistema, una de las claves de su negocio. “Iniciamos Strava en el 2009 como una plataforma abierta en lugar de fabricar dispositivos, creo que la evolución de esta compañía será mantener esa independencia, esa neutralidad”, afirma.
Con esa hoja de ruta, Horvath aspira a que su aplicación tenga una larga vida. “Creo que hemos construido una marca duradera, que puede seguir viva dentro de 100 años, la marca número uno global de deportes del siglo XXI con una experiencia digital en lugar de camisetas y zapatillas”, concluye.