La petrolera angloholandesa Shell anunció que en los próximos cinco años realizará inversiones por hasta 3,000 millones de reales (unos US$ 577 millones) en proyectos de energía renovable o de bajo carbono en Brasil.
Las inversiones hasta el 2025, principalmente en plantas solares y eólicas y en una generadora alimentada con gas natural, fueron anunciadas en una rueda de prensa en que la multinacional lanzó en Brasil la marca Shell Energy, responsable por la producción y comercialización de energías renovables y que tiene foco en la transición energética y la descarbonización.
“Esta marca da soporte a la meta de Shell de neutralizar sus emisiones líquidas de carbono hasta el 2050”, afirmó el director de Renovables y Soluciones de Energía de Shell Brasil, Guilherme Perdigao.
“Hay un aumento del consumo de energía eléctrica en Brasil y la perspectiva es que avance 5% al año. Brasil es una prioridad para Shell, por lo que gran parte de las inversiones será destinado a proyectos de generación eléctrica a partir de plantas solares y térmicas movidas a gas natural”, agregó.
Shell es la mayor productora privada de petróleo en Brasil, tan sólo superada por la estatal Petrobras, así como socia de la brasileña Cosan en Raízen, empresa que produce y distribuye combustibles en todo el país, principalmente etanol de caña de azúcar.
La principal apuesta de Shell en energías renovables en Brasil es una planta solar que construirá en el estado de Minas Gerais (sudeste) en asociación con la siderúrgica brasileña Gerdau y que tendrá capacidad para producir 190 megavatios de energía a partir del 2024.
La empresa también tiene proyectos para construir otros cinco parques de energía solar con una capacidad sumada de 2 gigavatios.
Según Shell, su actual cartera de proyectos en energía en Brasil tiene una capacidad sumada para generar 2.7 gigavatios, pero el plan de la empresa es elevar la producción hasta 5 gigavatios hasta el 2025.
En cuanto a los proyectos eólicos, su plan es invertir en plantas de generación instaladas en el mar, un segmento que viene creciendo en Europa pero que aún no ha sido reglamentado en Brasil.
“Es un segmento nuevo y estamos ansiosos para ver el decreto que el Gobierno prevé divulgar este año para establecer el marco regulador para esta fuente limpia y renovable”, afirmó Gabriela Oliveira, gerente de Desarrollo de Renovables de Shell Brasil.
Shell también incluyó entre sus proyectos de energías de bajo carbono la térmica de Marlim Azul, que construye en el estado brasileño de Río de Janeiro, será alimentada con gas natural extraído de sus yacimientos de aguas profundas en el océano Atlántico y que tendrá capacidad para generar 560 megavatios.
La planta, en la que tiene como socio a Mitsubishi Hitachi Power Systems, está en construcción (70 % concluida) con una inversión ya realizada de US$ 600 millones y la previsión de la multinacional es que entre en operación en el 2023.
Según la petrolera, Brasil será uno de los mercados estratégicos para Shell Energy, subsidiaria que hasta ahora sólo ha sido presentada en los países europeos y recientemente en Estados Unidos (2020) y Australia (2021).
La empresa también se propone ofrecerles a sus clientes en Brasil paquetes combinados de electricidad, gas, gas natural y compensaciones ambientales para emisiones de carbono que no pueden ser evitadas (créditos de carbono).